Al espectáculo escenificado en torno a la frontera de Melilla le faltaba el protagonista. Y entonces llegó Josemari. Pisó tierra melillense, con musculitos en pecho incluidos, y representó el apoyo que el PP da a los ciudadanos después de los movimientos de cadera dados por González Pons, con fotito en la mezquita incluida. Faltaría más. Y así nos hemos comido el mes de agosto, asistiendo a la politización de la crisis con Marruecos en la que nuestros políticos, socialistas y populares, han dejado buena muestra del escaso nivel que tienen. Al PSOE mejor ni mentarlo. El Gobierno ha dejado clara muestra de sus fallos diplomáticos y ahora, en bombardeo, nos sacan a la superministra Bibiana Aído diciendo auténticas sandeces en defensa de unas mujeres policías que han estado abandonadas y humilladas desde el pasado marzo. ¿Ahora un comunicado cuando ya se le advirtió al delegado del Gobierno en Melilla de lo que estaba pasando hace meses? Moratinos está desaparecido en combate -era de esperar- y en la sede del PSOE local ni cogen el teléfono. Y es que crack-racao considera más importante defender su proyecto de coche eléctrico y buscarle las cosquillas a Pacoantonio que enviar un comunicado o citar a la prensa para decir algo sobre lo sucedido. Calla, igual que don José, no íbamos a esperar otra cosa del PSOE. ¿Y del PP? Más desnortados que nunca ya no saben si mandando a Josemari conseguirán recuperar al facherío que deja muchos votos aunque sólo sueñe con los tiempos de la derechona clásica. Y mientras, Imbroda mosqueado por don Juan, el number one en política, que ha sabido, de nuevo, quedar bien con el Gobierno central y encima mostrar su solidaridad con Melilla. Si es que, hasta estando de vacaciones, el presidente sabe cómo quedar bien sin que le salpique polémica alguna, y eso sin que haya sido necesario montarle un programa de preguntas y respuestas concertadas en la tele. Las hermanas quedan bien sobre el papel, porque hace tiempo que cada gobierno sigue su rumbo. El de aquí, buscando el interés; el de allá, enfrentándose a todo aquel que ponga en peligro el negocio montado entre unos pocos.
Anda que no les ha venido bien a algunos la salida a lo marroquí.