El fin del verano marca el regreso al colegio, un momento que puede ser estresante tanto para niños como para padres. Como neuropsicóloga, me gustaría abordar los desafíos emocionales y cognitivos que esta transición puede presentar y ofrecer algunas estrategias para manejarla de manera saludable, además de destacar la importancia de involucrar a los hijos en la elección de sus actividades extraescolares.
La vuelta al colegio genera una mezcla de emociones. Mientras algunos niños sienten emoción por reencontrarse con sus amigos, otros pueden experimentar ansiedad o temor. Los padres también atraviesan preocupaciones, desde el rendimiento escolar hasta la gestión del tiempo familiar. Es importante reconocer que la capacidad de los niños para adaptarse varía según su etapa de desarrollo. Los más pequeños, por ejemplo, pueden sentir ansiedad por separarse de sus padres, mientras que los adolescentes pueden enfrentar estrés por las expectativas académicas y sociales. Para reducir la ansiedad, es crucial crear un ambiente de seguridad en casa.
La comunicación abierta es fundamental: permitir que los hijos expresen sus emociones y preocupaciones sin juzgarlos.
Escuchar activamente y sin minimizar sus temores ayudará a que se sientan comprendidos.
También es vital evitar sobrecargarlos con actividades desde el principio del curso, lo que podría generar más ansiedad.
La vuelta al colegio implica una reintroducción de las rutinas. Durante las vacaciones, es común que los horarios de sueño y alimentación se relajen, pero el regreso a la escuela requiere una estructura más definida. Las rutinas consistentes brindan seguridad a los niños, ya que el cerebro responde bien a la predictibilidad, lo que reduce la ansiedad.
Es recomendable que los padres restablezcan los horarios una o dos semanas antes del inicio de clases. Involucrar a los niños en actividades como preparar su mochila o elegir su desayuno les ayuda a desarrollar un sentido de responsabilidad y control sobre su entorno.
Es natural que los padres también experimenten estrés durante esta transición. A menudo, sus preocupaciones por el bienestar de los hijos, sumadas a las obligaciones laborales, pueden afectar su propio estado emocional. Es esencial que practiquen la autoconsciencia y gestionen su propio estrés, ya que los niños tienden a percibir y absorber las emociones de los adultos.
Entre las estrategias útiles para padres e hijos se incluye la atención plena o mindfulness, que puede ayudar a mantener la calma y gestionar las emociones en momentos de estrés. Asimismo, es importante recordar que los errores son parte del proceso de aprendizaje y que tanto los padres como los hijos deben permitirse equivocarse y aprender de sus experiencias.
Al iniciar el curso, uno de los puntos clave es la elección de las actividades extraescolares. Estas no solo ofrecen oportunidades de aprendizaje, sino también un espacio para que los niños desarrollen sus habilidades sociales y emocionales. Sin embargo, a veces los niños son sobrecargados o se les imponen actividades que no les interesan.
Los niños necesitan tomar decisiones sobre su vida para desarrollar un sentido de identidad más sólido. Por ello, es fundamental que los padres les involucren en la elección de sus actividades extraescolares, promoviendo así su autonomía y motivación. Los padres pueden hacer preguntas abiertas, como: "¿Qué actividad te gustaría probar?" o "¿Qué te gustaría aprender este año?". Este tipo de conversación abierta refuerza la autoestima y la capacidad del niño para tomar decisiones informadas.
Al elegir actividades, es esencial considerar el temperamento y las preferencias de cada niño. Algunos niños extrovertidos disfrutan de deportes en equipo, mientras que otros más introvertidos pueden preferir actividades creativas, como la música o el arte. Evitar sobrecargar de actividades también es importante, ya que un exceso de demandas puede ser contraproducente y aumentar el estrés en lugar de ofrecer un espacio para el disfrute.
La vuelta al colegio es una etapa llena de oportunidades, pero también de desafíos. Con el apoyo adecuado de los padres, los niños pueden enfrentar esta transición con confianza y entusiasmo. Crear un ambiente de apoyo emocional, fomentar la autonomía a través de la elección de actividades extraescolares y establecer rutinas estables proporcionará un marco seguro para que tanto niños como padres se sientan acompañados en este proceso. Como neuropsicóloga, mi mensaje es claro: con paciencia y comprensión, la vuelta al colegio puede convertirse en una experiencia positiva para todos.
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