Si el juicio seguido con Tribunal de Jurado para esclarecer la autoría del segundo pistolero que asesinó a ‘Tafa Sodia’ se comparara con un combate, no solo se produjo el primer tanteo entre las partes sino que además comenzaron los “golpes en serio”.
El magistrado presidente, Emilio Martín Salinas, presentaba a los miembros del Jurado el escenario que se van a encontrar hasta que terminen las sesiones de juicio oral y puedan empezar a deliberar sobre si Mohamed Said H.M. es o no el segundo implicado en el crimen que, en 2013, terminó con la vida de ‘Tafa’ tras recibir 7 disparos. Lo hizo buscando símiles y expresiones sencillas que calen entre quienes están llamados a ejercer, durante unos días, de particulares jueces.
La viuda lo tuvo claro hace casi cinco años y también en Sala, reconociendo sin género de dudas al acusado, a quien tildó de “asesino”.
“Que se haga justicia”, pidió, recordando que la noche del crimen vio perfectamente al acusado disparar a su marido de frente, mientras que el conocido como ‘Rambo’, ya condenado por estos hechos, lo asaltaba, también a disparos, pero por la espalda. En su declaración insistió en que “nunca” antes había visto a Mohamed Said H.M. y que fue cuando la Policía le mostró varias fotografías cuando pudo señalarlo, al igual que después lo haría en ruedas de reconocimiento.
“Yo tengo interés en que vaya a la cárcel el que mató a mi marido”, insistió, negando que exista otro ánimo en el hecho de señalar al acusado como el segundo pistolero. “No le conocía de nada”.
“Estoy segura de que era él”, repitió. “Lo vi, lo vi, lo vi”, insistió ante el Jurado, en una declaración marcada por una elevada emotividad, en la que prácticamente no dirigió la mirada hacia la bancada de la Defensa. El hecho de que la viuda de ‘Tafa’ señalara al acusado bastante después del crimen (había pasado más de un mes de los hechos cuando prestó declaración en Jefatura) fue sustentado en que se encontraba muy mal psicológicamente y medicada. Cuando la Policía le mostró varias fotografías, entre ellas la del acusado, lo marcó. Antes se había quedado “bloqueada”, pero conforme fueron pasando las semanas “empecé a ver más”, pasando de identificar a uno de los pistoleros a ofrecer una segunda identidad. “Estaba medicada, muy mal... cuando me bajaron la medicación empecé a recordar. Estaba bajo tratamiento y no era persona, dije lo que me acordé, poco a poco vi más cosas. Estaba muerta pero viva”.
“No tengo nada contra este hombre, solo quiero que vaya a la cárcel el que mató a mi marido”, dijo, reseñando de forma constante que pudo verle perfectamente la cara desde todos los ángulos posibles. “Estoy segura de que era él”, aseveró. “Venía de frente, disparando”, insistió, añadiendo que si ella seguía viva era “de milagro”, porque los disparos que terminaron matando a su marido podían haber tenido el mismo fin hacia su persona.
Por esto mismo, al acusado se le relaciona no solo con un delito de asesinato y tenencia ilícita de armas sino con otro más de homicidio en grado de tentativa.
La viuda de ‘Tafa’ dijo saber que su marido tenía problemas con el apodado ‘Vasco’, tío del acusado, pero nada más porque “él no me contaba nada, no me decía las cosas”.
La declaración de la viuda de ‘Tafa’ fue la destacada de una jornada en la que se tenía que haber escuchado la del Testigo Protegido: esa persona que pudo ver perfectamente el crimen y a los dos pistoleros. Ha sido imposible localizarlo, al objeto de cumplir con todos los trámites, por muy chocante que resulte, incluso una agente judicial lo llamó a viva voz fuera de la Sala sin éxito.
El Ministerio Fiscal interesó que se reprodujera su declaración, algo que fue admitido por el magistrado presidente por lo que el Jurado podrá valorar esta prueba leyendo lo manifestado en su día, aunque no valga como única prueba a la hora de sustentar un veredicto de culpabilidad, si se produjera. La Defensa de Mohamed Said H.M. expresó su protesta calificando dicha prueba de “ilícita” por “vulnerar los derechos fundamentales”.
Sí que prestaron declaración varios policías nacionales como testigos, con manifestaciones interesantes a la hora de presentar ante el Jurado cómo fueron aquellas horas en las que se produjo el crimen.
Uno de los policías que llegó a La Marina nada más recibirse aviso en la Sala de disparos indicó, por videoconferencia, que nada más llegar al escenario del crimen supieron de la existencia de un Testigo Protegido que fue trasladado a la Jefatura para su interrogatorio, al objeto de evitar así cualquier contaminación. Se trató de un ciudadano marroquí que aseveró poder identificar a los pistoleros, indicando que eran dos. Esa persona nunca dijo, tal y como recordó el agente, que fueran encapuchados. El interés entonces de la Policía fue poner a buen resguardo a quien podía aportar una declaración determinante a solo horas de producirse el asesinato.
El resto de agentes nacionales que prestaron declaración insistieron en la existencia de un único Testigo Protegido, aunque la rumorología del momento hizo aflorar muchísimos testimonios variados en torno a cómo se habían producido los disparos y la autoría.
La noche en que asesinaron a ‘Tafa Sodia’ se tuvo que hacer un especial esfuerzo policial para que el escenario no quedara contaminado por la cantidad de personas que pisoteaban la zona, que podían alterar la existencia de casquillos o pruebas de cualquier tipo.
Un par de pistoleros con dos armas diferentes pero un mismo objetivo: el asesinato
El informe forense verifica que las heridas por arma de fuego que sufrió ‘Tafa Sodia’ eran mortales de necesidad. Queda claro por todas las testificales policiales escuchadas que intervinieron dos pistoleros y que, además, se hizo uso de, al menos, dos armas diferentes: una pistola y la otra posiblemente un revólver
Los disparos que recibió ‘Tafa Sodia’ la noche del 16 al 17 de julio de 2013 fueron “mortales” de necesidad. Algo que ya había quedado expuesto en el informe elaborado por los médicos forenses pero que pudo ser explicado con detalle a los miembros del Jurado. Supieron así la trayectoria de los 7 disparos que recibió así como el impacto traumático que todos ellos causaron, visualizándolos por medio de un maniquí.
Más allá de lo evidente clínicamente, quizá las declaraciones más relevantes fueron las que pudieron escucharse por boca de agentes de la Policía Nacional que tuvieron una acción de peso con este crimen.
A través de videoconferencia declaró el que fuera jefe de Estupefacientes de la Policía Nacional que fue quien firmó el informe elevado al juzgado, transcripción del que había realizado el área de Balística, sobre las armas. Concluyó todas las veces que se le preguntó que fueron dos los pistoleros que intervinieron y dos las armas usadas: una pistola y un revólver, teniendo en cuenta las pruebas halladas en el Paseo de La Marina.
El actual jefe de la UDYCO también acudió, este en persona, a declarar porque así lo había requerido la Defensa, al considerar que podía poner de manifiesto algunas claves interesantes para conocer el ambiente delincuencial de la época en que asesinaron a ‘Tafa’.
El que por aquel entonces era segundo del Grupo recordó que nada más conocer del crimen, lo primero que hicieron fue acudir a casa de Hassan ‘Chakor’, al ser conocedores de su enemistad con el muerto, pero “no había ningún indicio” que pudiera demostrar relación alguna; más aún cuando al llegar a Jefatura se encontraba ya el Testigo Protegido identificando a uno de los pistoleros, ‘Rambo’, quien sería detenido en su casa de la barriada Juan Carlos I. La viuda de ‘Tafa’ también lo identificó en su primera declaración sin saber que el Testigo Protegido ya lo había marcado por su cuenta. “Todo lo que decía iba cuadrando con lo que teníamos”, confirmó el mando policial.
Respecto de Mohamed Said H.M. nada en cambio tenían, solo el reconocimiento que tiempo después hizo la viuda en Jefatura, en donde lo identificó. No se le detuvo porque nunca se le encontró, hasta entregarse voluntariamente en 2016.
Al fallecido, la UDYCO sí lo tenía marcado en las investigaciones de lucha contra el crimen organizado, conociendo además, porque era algo público e incluso mediático, que había una enemistad entre el asesinado y el apodado ‘Vasco’, de la que nunca se pudo saber policialmente su origen.
El responsable del Grupo recordó cómo el Testigo Protegido señaló a dos pistoleros participantes y cómo este consideró que la viuda tenía que haberlos visto. Encontrarse con alguien que declarara así fue hallar una aguja en un pajar, ya que, dijo, es algo que en Ceuta muy pocas veces sucede, constituyendo un “hándicap”.
En la jornada de hoy podrán escucharse nuevas testificales. La más relevante la del que fuera el jefe del Grupo, ahora destinado en la península, que podrá por videoconferencia aportar los detalles en primera persona de la investigación que se llevó a cabo. Además, si así lo desea, podrá escucharse al acusado, que tendrá la palabra a la hora de defender su papel en este crimen.
Están citados además sus familiares directos, entre ellos su tío, conocido como el ‘Vasco’. Como prueba aceptada por el magistrado presidente podrá conocerse la declaración de un médico psiquiatra con la que la Acusación Particular quiere poner de relieve el estado de la viuda, además del trauma que sufrió, lo que pudo derivar en la tardanza de su segunda declaración.