La resaca de la procesión del día 5 de agosto deja un recuerdo imborrable en la memoria de los ceutíes. Como un primero de año, todavía con las emociones en el cuerpo, la Patrona de Ceuta recibe la felicitación de sus devotos en el besamanos que la cofradía organiza con motivo del final de las Fiestas Patronales.
Nuestra Señora de África se encuentra entronizada en la nueva peana de besamanos, aún en madera, una obra del prestigioso taller de los Hermanos Caballero, la cual será culminada en 2020. La obra quedará rematada en dorado de primera calidad y oro blanco para la nube que sostiene a la Virgen. Esta pieza permitirá que la Virgen siga recibiendo este culto que tanto la acerca a los fieles, al mismo tiempo que se preservan las condiciones artística de la talla.
Igualmente, la Virgen de África aparece ante sus fieles con el manto rojo, la corona de su coronación, las joyas prendidas al manto y un pecherín enriquecido, que realza su presencia. El Santo Cristo que duerme en los brazos de la Virgen de África recibe a los fieles con potencias y corona de espinas doradas, un hecho que solo ocurre cuando estas piezas no tienes capacidad para dañar a la imagen.
Todo el culto se recibe en el altar mayor de la iglesia santuario de la Virgen de África, donde la imagen se sitúa en el centro del mismo y está custodiada por sus blandones dorados y los jarrones chinos con nardos. Un conjunto rematado con el estandarte simpecado de la Patrona de Ceuta que se ubica en el camarín de la Virgen.
El besamanos a la Virgen de África se prolongará entre las nueve de la mañana y las nueve de la noche, de manera ininterrumpida, excepto para el rezo del rosario y la celebración de la eucaristía.