Agazapados. Buscando el momento apropiado. El día a día en el puerto de Ceuta se convierte en un particular ‘sálvese quien pueda’ para los inmigrantes. Emplean todas sus artes, si es que en este particular escenario pueden emplearse tales términos. Es como la aplicación a la vida diaria del ‘juego’ del gato y el ratón: repartiéndose los roles entre los que buscan escapar y los que tienen que evitarlo.
La presión ejercida por las fuerzas de seguridad y recrudecida tras el enfrentamiento entre marroquíes del norte y del sur en las escolleras llevó a que muchas de estas personas buscaran la manera esconderse de una detención segura. Los momentos libres los utilizan para intentar lo que todos persiguen: escapar, hallando en los barcos la forma más rápida para pasar al otro lado de manera irregular.
Y así cada día el puerto se enroca en un bucle particular de personas, los llamados invisibles, que repiten y repiten lo mismo aprovechando el trasiego de vehículos. Es difícil porque los controles son constantes, permanentes, pero con que solo uno lo logre los demás continuarán en la misma línea.
Un intento fracasado, grabado en vídeo
El protagonista de este vídeo, grabado en el puerto, no lo ha conseguido. No lo ha logrado hoy, pero lo volverá a intentar cuantas veces sea necesario porque no queda otra, porque no hay más vista que la que se vislumbra al otro lado del puerto y no hay más noticia esperada que la aportada por aquellos compatriotas que han alcanzado la meta.
Sobre el escenario portuario el papel de cada uno está perfectamente establecido, permitiéndose una especie de convivencia entre quienes saben que tienen que vetar el tránsito de personas y quienes entregan su vida a una jornada extrema de riesgos con tal de dejar atrás una Ceuta que solo les sirve de trampolín para su fin ansiado: llegar a territorio peninsular.
Pues hace una semana intentaron colarse en la ambulancia que iba detrás de mi coche, el conductor tuvo que bajarse, los enfermos iban detrás y tuvieron que llamar a la guardia civil. Si se llega a colar que pasa ¿acusan al conductor de tráfico de personas?
Es la supervivencia, de donde vienen, no tienen vida, es por lo que no les importa nada, desde su pais también lo intentan, esto no solo ucurrre aquí, en todas partes, Sudamérica, sur Asia, destino Japón, Australia y nueva Zelanda, refugiados desde Turquía y más, el hambre y la desesperación no tienen nombre.
Cada cual es libre de asumir los riesgos que quiera con sus acciones , incluso el poner en riesgo su vida. Pero lo que no es de recibo que se vean involucradas terceras personas . Me refiero a los transportistas que se juegan mucho , muchísimo: trabajo , integridad física e incluso la libertad .
Y si ansían la libertad , que lo intenten desde los puertos marroquíes.
¿ A que no hay bemoles ?