Víctor López es el presidente del Club Los Delfines de Ceuta, hijo del mítico José Ramón López Díaz-Flor, todo un referente deportivo para nuestra ciudad.
Esta familia de piragüistas tiene la pasión por este deporte instalada en sus venas desde hace muchos años. De hecho, José Ramón compitió en las Juegos Olímpicos de Montreal 76 con una piragua que a día de hoy se sigue conservando en la sede de los Delfines, en donde la guardan “con mucho cariño”.
El presidente de este famoso club de Ceuta recuerda cómo se lo pasaba en estas instalaciones: “Yo correteaba por aquí cuando tenía tres años y jugaba con mi hermano al escondite, y ya con cuatro o cinco años estaba metido en el mundo del piragüismo”, comenta.
“Se mete el veneno dentro”, así califica el piragüismo López ya que toda su vida siempre ha estado inmerso en este deporte. Le viene de familia y la pasión por esta disciplina deportiva se ha ido transmitiendo de generación en generación.
En la mente de Víctor no pasaba ser piragüista profesional. “Yo tenía pensado opositar a bombero o policía nacional, mi objetivo no era acabar aquí”, afirma. Estudió Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en Granada y acabó entrando en la selección española de piragüistas donde alcanzó grandes resultados a nivel individual.
“El entrenador que tenía en la selección se fijó en mí y algo le gustó de cómo vivía este deporte”, comenta López. En el año 2006 la federación española de piragüismo le ofreció ser segundo entrenador del combinado nacional “durante tres años”, de donde a continuación pasó a ser seleccionador nacional femenino en categoría junior.
El mandatario de Los Delfines compitió en numerosos torneos a nivel nacional, europeo e incluso internacional alcanzando grandes resultados a nivel individual como por ejemplo un cuarto puesto en un campeonato de Europa en categoría absoluta en la modalidad de K-4 en distancia de 4.000 metros.
También quedó en cuarta posición en un campeonato del mundo en K-4 pero en 200 metros. En junior fue subcampeón de Europa y logró otro cuarto puesto en categoría senior con la selección nacional. Referente al club de su vida, Los Delfines de Ceuta, subraya que “no sabe a quién se le ocurrió dicho nombre” pero debido a la situación geográfica de la ciudad y por las vistas que se perciben desde la sede en lo alto del Pantano del Renegado son envidiables “puede ser que haya venido por ahí el nombre del club”.Su abuelo fue el fundador de Los Delfines y argumenta una razón por la que a lo mejor se llamó a este club así: “En el Estrecho, cuando lo cruzas te encuentras muchas de estas especies marinas”, puntuó.
El club de piragüistas de Ceuta cuenta con unas instalaciones necesarias y acordes para todos los deportistas de la escuela de piragüismo de la ciudad autónoma.
Desde un gimnasio que es catalogado por la federación como Centro Especializado de Tecnificación Deportiva ya que en la primera planta el club cuenta con un gimnasio con múltiples máquinas y simuladores para “corregir al niño, ya que en el agua no lo puedes hacer correctamente” hasta una zona de ocio donde después de los entrenamientos, los deportistas se relajan. López llega a las 6.30 horas al club para hacer “gestiones, planificar el trabajo y los campeonatos a los que vamos a asistir. Siempre hay cosas que hacer, y más en un deporte como este que es olímpico”, finaliza el presidente López.
"Rodearte de gente buena"
“Es muy importante rodearte de gente sana, que haga las cosas fáciles y siempre sabiendo cómo decir las cosas ya que la educación y el respeto son valores que nunca se deben perder, pero eso es algo de lo que el presidente de Los Delfines no tiene por qué preocuparse ya que “mi grupo de trabajo funciona a la perfección, me lo ponen muy fácil y así da gusto trabajar”, finalizó el responsable del club.
“Son trabajadores natos, el equipo que tengo detrás es muy importante para hacer las cosas bien, al final si se trabaja bien luego se ve reflejado en los resultados y con las medallas conseguidas”, explica.
Por la tarde, Víctor no suele acudir ya que “los entrenamientos liderados por los técnicos hace que no hace falta que venga, yo les puedo asesorar en algún aspecto técnico pero ellos hacen su trabajo fenomenal”, comenta. Los entrenamientos con los chicos son de forma gradual “poco a poco”. Cuando un alumno empieza en el club “no le metemos mucha carga ya que hay que ir cogiendo ritmo poco a poco, no podemos imprimir desde el principo un ritmo alto”, asegura.
"La técnica es fundamental"
La parte de arriba de la sede de Los Delfines cuenta con un gimnasio con el objetivo de que los niños “vayan perfeccionando la técnica del piragüismo porque al fin y al cabo es lo más importante en este deporte”, explica López. “Es un proceso que se lleva consiguiendo con el paso de los años y requiere su tiempo”, comenta. Los simuladores son determinantes a la hora de explicarle un ejercicio al alumno, ya que en el agua no se puede corregir como en el gimnasio.
En este espacio “habrá 130 piraguas” de todos los deportistas del club y “se van comprando los últimos modelos”, subraya el responsable de Delfines. Incluso, algunas piraguas tienen 35 años y “actualmente se siguen utilizando”, ya que “cuidamos lo que tenemos al máximo y eso hace que las piraguas aguanten, eso lo llevamos a rajatabla”, concluyó. Para Víctor “no es una forma de vida el piragüismo ya que lo llevo haciendo desde muy pequeño y al final es algo que ido mamando desde los 4 años”, sentenció.
Valores
Víctor López preside el Club Los Delfines de Ceuta, un equipo implicado con el piragüismo en el que lleva más de 30 años liderando y en el que su padre José Ramón Díaz-Flor fue su fuente de inspiración para seguir en este deporte.
Mucho mamo ´Neo , hay mucho potencial en Ceuta, pero no sabe aprovechar de ello , no sabe encajar deporte con la educación de los chicos, por eso muchos se van y quedan solos los que están cursando Formación profesional o no hacen nada , que son que a él le gusta, porque son más flexibles, con su horario, totalmente diferente de casi todos los los clubes de K , en España o resto de Europa , a los chicos primero la educación y luego el deporte, no al revés,