La galería La Almudena ha acogido en su nicho número 137 los restos del varón subsahariano que fue encontrado este martes en la playa del Tarajal. Llevaba tres semanas muerto y dado su estado ha sido imposible dar con su identidad. Registrado como ‘varón, negro, sin identificar’, ha recibido su entierro en el cementerio de Santa Catalina.
Justo al lado de otros inmigrantes tampoco identificados, descansan los restos de un joven que fue sacado del mar por un porteador que pensaba que aún vivía. La corroboración del fatal desenlace ha convertido esta crónica migratoria en una más que engrosan los dramas de la inmigración que llega hasta nuestras costas.
Las imágenes de su hallazgo no hacen sino definir la crudeza de unos pases que terminan como nunca se había pensado y que están dejando multitud de fallecimientos de hombres, mujeres y niños en la Frontera Sur de Europa. En este caso, el fallecido portaba un chaleco y unas aletas, se presume que formaba parte de alguna salida que terminó frustrada.
Sus restos permanecen para siempre en este nicho, en el número 137, cuarta fila de La Almudena. En un cementerio en el que se cuentan por decenas los enterramientos sin identificación que terminan su etapa vital en Ceuta.