Varios taxistas tuvieron que intervenir por su cuenta tanto el sábado como el domingo para frenar la actividad constante y descarada de los taxis piratas en el puerto. El acoso que éstos realizan sobre el sector es tal que les quitan servicios sin cortapisa alguna, recogiendo a familias a las que les ofrecen trayectos a pesar de carecer de licencia profesional.Este acoso permanente es tal que ha motivado que los propios profesionales intervengan por su cuenta, impidiendo a los ‘piratas’ realizar sus servicios. Así ocurrió el pasado fin de semana hasta en dos ocasiones contra el mismo vehículo. Cuando estaba cargado varios taxistas le cortaron el paso impidiéndole la salida y obligándole al desalojo de los clientes que ya habían cargado.
Esta respuesta se produce después de cuantiosas quejas a las fuerzas de seguridad y tras múltiples denuncias que luego no tienen la respuesta esperada. La Policía se defiende argumentando que resulta difícil formalizar una acusación con pruebas, ya que los pasajeros que carga uno de estos ‘piratas’ deberían declarar testificando el abono de una cantidad por un servicio concreto. Esto no suele ocurrir ya que los pasajeros terminan diciendo que son familiares para evitar la implicación del taxista pirata en un delito. La presión en puerto y frontera es constante y la realizan, casi siempre, los mismos vehículos.