La Asociación Plena Inclusión Ceuta ha puesto en marcha un nuevo proyecto llamado ‘Ecohuerto. Huerta Ecológica Plena Inclusión Ceuta’, cuya principal finalidad es “educar en valores como el respeto a la naturaleza y el cuidado al entorno a las personas con discapacidad intelectual”, tal y como explica Juanmi Armuña, responsable de comunicación de esta entidad.
Asimismo, con ello también pretenden que estas personas puedan “disponer de recursos para trabajar en un ambiente ecológico”.
Durante el desarrollo de este eco huerto, lo que hacen es que las personas participantes “conozcan el proceso del crecimiento de las plantas, las herramientas que se utilizan y el mantenimiento de un huerto ecológico, teniendo siempre en cuenta la importancia del medio ambiente”, detalla Armuña.
Con este proyecto, Plena Inclusión Ceuta persigue tres objetivos, como son “promover la concienciación sobre la importancia del cuidado del entorno natural, que las personas participantes adquieran conocimientos, actitudes, valores y habilidades necesarias para el desempeño agrícola y contribuir a que las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, que son con las que trabajamos, se incluyan en la comunidad realizando este tipo de actividades”.
El proyecto abarca desde la siembra de semillas hasta la recolección de frutos
La primera de las actividades de este proyecto ha sido la siembra de semillas y riego. Luego, “una vez que siembran la semilla y la riegan, esperan un plazo de tiempo hasta que la planta germina. Cuando ya alcanza entre los 10 y 14 centímetros, se trasplanta al huerto”, añade el responsable de comunicación.
Mientras llega ese momento, lo que están haciendo es “preparar el terreno del huerto para comenzar en marzo a sembrar tomates, que serán de tres clases: tomates grandes, tomates azules y tomates normales. También pimiento, calabacín, sandía y melón”.
La idea es que este proyecto se desarrolle a lo largo de este año 2023 y en el mismo participan todas las personas usuarias de esta entidad. “Lo hacen por turnos, con el objetivo de que todos participen de alguna manera en el huerto”.
Y es que, a ellos “les encanta participar en esta actividad y están siempre preguntando cuándo les toca porque les gusta mucho estar en contacto con la naturaleza, trabajar en el huerto y que les de el sol, escuchar los pajaritos,...Es un ambiente muy agradable para ellos”.
El huerto está funcionando diariamente, de lunes a viernes, y cada grupo se encarga de una tarea, como “preparación y limpieza de la tierra, siembra, regadío, cuidado del cultivo, recolección,...”.
Todo esto trae grandes beneficios para los usuarios de Plena Inclusión, por ejemplo “aprenden los nombres de las distintas plantas y su crecimiento, se sienten capaces de participar en el mantenimiento de un huerto, les aporta relajación, interactúan con la naturaleza, fomenta el trabajo en equipo y aprenden la importancia de ser constantes en cualquier tarea y en el trabajo”.
Esto último es bastante importante, porque aprenden “que no es solo plantar la semilla y recoger el fruto, si no que se trata de conocer el proceso, de cómo es paso por paso como crece una planta y cómo da sus frutos”, concluye Juanmi Armuña.