Ceuta y Algeciras, las dos orillas del Estrecho de Gibraltar, comparten desde ayer unos lazos aún más estrechos. Las cofradías de Santa María de África y de la Virgen de la Palma protagonizaron una emotiva jornada de clara vertiente espiritual, pero también institucional, que se convirtió en el segundo capítulo del histórico hermanamiento que comenzaron a construir en la ciudad gaditana el pasado mes de octubre. Hasta Ceuta se desplazó una nutrida representación algecireña que fue recibida en el antiguo Salón de Plenos por el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, convencido de que el acto refrenda la vinculación milenaria entre dos localidades llamadas a caminar de la mano por su pasado común y su futuro prometedor. Así lo testimonió también el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce. Dos ciudades que a partir de ahora recorrerán un camino común en la senda que marca la devoción por sus patronas pero también, como se encargaron de subrayar los hermanos mayores y la representación política presente, en la defensa de valores como la solidaridad y la protección de los más desfavorecidos, más sio cabe cuando la crisis azota a miles de familias y la caridad de las instituciones religiosas contribuye a su supervivencia. Ceuta y Algeciras son desde ayer, quizás, más hermanas que nunca.