En muchos hospitales, al igual que en el de Ceuta, los extremos se tocan: en un corto espacio de tiempo, la vida y la muerte se han rozado en el mismo sitio con más frecuencia de la normal. Mientras las escenas de familiares que no pueden despedir a sus allegados fallecidos por el coronavirus se repiten con asiduidad en todo el país, hay otra que también persiste: la vida sigue su curso. Los nacimientos continúan en un contexto de pandemia y, también, las autoridades sanitarias han preparado unos protocolos a seguir para las unidades específicas encargadas de asistir en los partos.
En nuestra ciudad, si se hace esta comparativa, la vida gana por goleada a la muerte causada por el virus. Mientras que los fallecidos por esta enfermedad son cuatro, los nacidos desde que el Gobierno declarase el estado de alarma el pasado 15 de marzo rozan el centenar (94 según una estimación basada en datos de la propia Unidad). Una medida inusual que se tomó para frenar la expansión de casos que ya alcanzan los 124 confirmados en Ceuta; los 208.389 en España y los 2.569.469 en todo el mundo, según los últimos datos consultados a las 20:00 horas de este miércoles.
La Unidad de Matronas del HUCE se enfundan sus guantes, sus mascarillas quirúrgicas de color verde y acomete el día a día con mayor precaución si cabe de lo habitual. La ventaja, explican desde la propia Unidad, es que están ubicados en una zona por la que no transita mucha gente: así pueden evitar mayor riesgo de exposición a contagios. En estos meses que conciernen al estado de alarma, han asistido en marzo en 80 partos y en lo que va de abril, en 54 nacimientos, según las cifras facilitadas por el Instituto de Gestión Sanitaria (Ingesa).
“Ocurre que el paritorio es un lugar cerrado, por eso tenemos que controlar las entradas y salidas de las personas”, comentan las matronas a El Faro. Matizan que la atención “es la misma” si bien se reduce la entrada de gente de fuera al paritorio por el “riesgo tanto para bebés como para la madre y para nosotros mismos”. Por ello se reducen las visitas hasta lo estrictamente necesario. “Si la mujer ingresa, se informa al marido o la persona que la acompañe. Esto en casos de mujeres que sabemos 100% que no tienen coronavirus”.
Porque las situaciones de sospecha de madres con síntomas propios de la pandemia también se han llegado a dar. En las contadas ocasiones que ha ocurrido, que estiman en “uno o dos casos” descartados posteriormente de ser coronavirus, las matronas han echado mano de los Equipos de Protección Individual de que disponen para este tipo de situaciones. “El material lo tenemos bastante optimizado”.
Desde la Unidad de Matronas explican el procedimiento en situaciones de sospecha: “Nos informan desde Urgencias si es una mujer sospechosa de coronavirus al tener las características o la sintomatología. En ese caso, ya sí utilizamos unos EPI mucho mayores, que consistirían en gafas protectoras, una bata de tipo quirúrgica impermeable, un par de guantes, etc”.
Y eso es en concreto una de las imágenes que ha cambiado entre el antes y el después del coronavirus. Ahora se proporciona guantes y mascarillas a las madres también, los mismos complementos que se ponen los sanitarios de esta unidad.
La manera de afrontar la visita al hospital también ha cambiado. Las matronas reconocen que ahora las madres acuden cuando “tienen muy claros” los síntomas: “que tienen contracciones, están molestas, y aguantan lo máximo en sus casas para llegar directas al paritorio. ¿Por qué no quieren ir al hospital? Porque va todo el mundo y no quieren mezclarse por si acaso”.
Una compañía fundamental
A raíz de las medidas dictadas por Sanidad de distanciamiento social con el fin de frenar los contagios, el Instituto de Gestión Sanitaria de Ceuta en nombre de su director territorial, Jesús Lopera, envió una nota interna a los jefes de servicio fechada el 17 de marzo en la que se podía leer: “En relación al brote le comunicamos la absoluta prohibición en ningún caso de acompañantes tanto en hospitalización como en Consultas Externas”, especificaba el organismo en su escrito.
Esta medida hizo que la Asociación Española de Matronas pusiera el grito en el cielo y expresara que es “absolutamente inaceptable” que se niegue el acompañamiento de la mujer durante el parto. Una recomendación, la de que la madre esté acompañada, que fomenta la propia Organización Mundial de la Salud.
“Antes, cuando llegan las mujeres al paritorio venían con acompañante y, es más, se facilitaba de alguna manera que estos acompañantes tuvieran intercambios”. Explican las matronas que el hecho de tener alguien al lado “ayuda” a nivel psicológico y “favorece” que el parto vaya mejor. “Muchas veces el parto es un proceso vulnerable y de miedo y siempre hemos favorecido eso en todos los aspectos. Pero no solo ahora: siempre lo hemos hecho”.
En estos días perciben que las futuras madres suelen ir acompañadas con sus maridos o la compañía que corresponda. “No es algo habitual por el coronavirus”, admiten.
Una de las vías alternativas a afrontar un parto con la compañía de las personas allegadas también es la tecnología. Así, cuentan las matronas que herramientas como Skype o aplicaciones similares son otra manera de hacer que la madre viva un momento único junto a sus seres queridos. Ceuta presenta una peculiaridad en este sentido: “Al haber muchos militares, ha ocurrido en alguna ocasión que estaban de misión y la mujer se ha puesto de parto. Para que pudieran vivir ese momento, hemos realizado videollamadas o bien facilitado llamadas”.
El factor fronterizo
La carga de trabajo de las matronas antes del estado de alarma recaía en gran parte sobre los partos en los que asistían y la mujer era marroquí. Estiman que el cierre de las fronteras por parte de Marruecos, el pasado 12 de marzo, y de España, el 16 del mismo mes, ha reducido de manera “notable” su trabajo.
Al año, entre el 30 y el 40% del total de partos corresponden a mujeres procedentes de Marruecos. En términos absolutos: de 300 a 400 bebés cuyos padres han cruzado la frontera para dar a luz en el HUCE.
En los días posteriores al cierre de las fronteras, se presentaron casos de embarazadas que se quedaron atrapadas en Ceuta a las que atendieron, eso sí, “de forma puntual”.
Asistencia telefónica
Entre las labores que están acometiendo las matronas durante este periodo de excepción, está la de resolver las dudas que pueden surgir a los padres antes o después de tener a su bebé y que, en otro momento, las harían de manera presencial.
“Hemos tenido llamadas al mismo paritorio ante dudas de lactancia, preguntas puntuales sobre qué hacer ante determinadas situaciones. Nos llamó un padre que tenía dudas de lactancia y no quería ir al hospital por miedo. Era por la tarde noche, el centro de salud por las mañanas funciona pero por las tardes no está y nos llamaron a nosotros. E intentamos darles respuestas porque lo entendemos perfectamente. Es un servicio donde podemos orientarlos, porque tienen dudas y no saben dónde acudir”.
Según los profesionales, este servicio exclusivo de atención telefónica por parte de matronas s está realizando desde el comienzo del estado de alarma “en algunos centros” de Andalucía. En nuestra ciudad no hay nadie destinado en concreto a esta labor, y depende de la carga de trabajo que haya en el día. “Si algún día tenemos cuatro o cinco partos es un poco complicado atender las llamadas”.