El anuncio del inicio de la contrucción del centro del Brull para el primer trimestre de 2019 ha supuesto una estupenda noticia para la comunidad educativa y especialmente para el alumnado de Ceuta. Con este nuevo centro se intentará dar solución a la escasez de plazas actual y reducir la ratio del alumnado en la ciudad, que actualmente está muy por encima de la media recomendada. Se trata de un proyecto de gran envergadura que afecta a todos los niveles educativos, desde Infantil a Bachillerato y que vendría a descongestionar a otros centros de la ciudad que, por las circustancias actuales, ven sus aulas sobresaturada de alumnos por la falta de nuevos espacios. Ya se sabe que el problema de espacio en Ceuta es una obviedad, pero esto no puede lastrar la evolución educativa de una ciudad que está en constante crecimiento y que debe prever una atención a los futuros escolares ceutíes. Las autoridades educativas aseguran que este nuevo centro hará historia en la ciudad, aunque lo primordial son las 960 plazas nuevas que van a venir muy bien al resto de centros educativos y a las futuras generaciones que van a tener asegurada una educación en condiciones, como se merecen los ceutíes. Muchas veces el discurso de que la educación es el futuro no se ve reflejado en las obras de gran magnitud. Parece que son más vistosas las remodelaciones urbanísticas que la construcción de colegios. Sin embargo, son esos colegios los encargados de formar a las nuevas generaciones de la ciudad, las cuales se merecen una educación de calidad y centros adaptados a las necesidades de la población emergente. Esta construcción es una buena noticia, pero no nos olvidemos que es una obligación de los gobiernos el apostar por la educación.