El Motoclub Ceuta Aventura celebró ayer una charla en la que dos moteros compartieron sus experiencias alrededor del mundo. La entrada fue libre al dar un kilo de comida no perecedera.
Unir motociclismo y solidaridad. Con esa intención se dieron ayer cita en el Palacio Autonómico integrantes del Motoclub Ceuta Aventura y simpatizantes de este estilo de vida. Estos amantes del asfalto asistieron al acto solidario titulado Vuelta al mundo en moto en el que intervinieron Gustavo Cuervo, motero, reportero, fotógrafo, aventurero y escritor; y Alicia Sornosa, periodista y primera española en dar la vuelta al mundo en moto. La entrada fue libre para aquellas personas que entregaran un kilo de alimento no perecedero –arroz, aceite, azúcar...– que la entidad cederá a Cáritas Diocesana de Ceuta.
Esta iniciativa se engloba en el plan de acción humanitaria que el Club desarrolla durante el año. Entre anécdotas de viaje –como el terremoto que vivió Sornosa en la frontera de México con Guatemala o los problemas de comunicación en Asia que relató Cuervo–, los congregados por la causa visionaron un documental con fragmentos de las aventuras sobre dos ruedas de ambos ponentes.
Previamente, los moteros disfrutaron de una paella en el Nouveau que dio paso a una ruta en moto por los rincones más emblemáticos de la ciudad. Para nadie pasó desapercibida la serpiente multicolor que visitó García Aldave, Benzú, las proximidades de la Frontera o el Monte Hacho.
Los participantes coincidieron en que, entre los moteros, existe una solidaridad arraigada a nivel nacional e internacional. “No conoces a una persona de Ghana, Zimbabue o Ecuador pero simplemente, por el hecho de ir en motocicleta, hay unos lazos de confraternidad que une a personas de orígenes muy distintos”, indicó Cuervo.
“Hay personas que están atravesando momentos muy difíciles y traer un kilo de comida supone un esfuerzo mínimo que puede ayudar más de lo que pensamos”, añadió Sornosa.
Gustavo Cuervo, motero, Reportero, fotógrafo, aventurero y escritor: “Es el mejor medio para viajar porque disfrutas de cada metro del camino”
Tras una fotografía siempre se encuentra una experiencia. Tras la instantánea de Gustavo Cuervo en las pirámides de Egipto –reportero, fotógrafo, aventurero y escritor además de amante de las motos– comienza con una avería inexplicable en el modelo que conducía en 1984. “Un mecánico con apenas una batería y dos cables localizó el problema en un lugar imposible, una bobina. Mientras la arreglábamos, entró en su taller y empezó a darle golpes a la correa de un camión hasta que la rompió y sacó una especie de látigo con el que, para nuestra sorpresa, dispersó a las personas que se arremolinaban alrededor y así poder trabajar él con comodidad”, recordó Cuervo, una anécdota que junto a otras se encuentra en su libro de relatos de viajes Sin Fronteras, que presentó ayer en el Palacio Autonómico.
Aunque ha viajado en todo tipo de transportes por más de 80 países de los cinco continentes, se decanta por la moto: “Es el mejor vehículo para viajar, disfrutas de cada metro del camino. Reúne la tecnología moderna y permite disfrutar de los olores, el calor, el frío, te mojas con la lluvia... Te integras en la naturaleza. Y cuando llegas a cualquier parte, primero ven a la persona y luego a la máquina”. El reportero aprovechó para hablar sobre el contenido de su obra Andalucía en moto.
Alicia Sornosa, periodista y primera española en dar la vuelta al mundo en moto: “Se llama Descubierta, como la nave del último gran explorador español”
Siempre sintió una gran afición por el motor, especialmente, por los coches de competición. Su padre es piloto de carreras y Alicia Sornosa, ya con 20 años, también se sentó al volante y corrió en circuitos. Sin embargo, su pasión por las motos surgió más tarde aunque no por ello con menos vigor ya que en 2013 se alzó como la primera española en dar la vuelta al mundo en moto después de año y medio de viaje.
En su ruta, atravesó con otro aventurero Italia, Egipto, Sudán, Etiopía, Kenia e India y en este punto cada uno tomó su rumbo. Sornosa continuó hacia Australia y saltó a Canadá y EEUU, donde concluyó una vuelta al mundo en Nueva York. Regresó a España pero estuvo en la BMW Riders, explicó su experiencia y, al regresar a EEUU, decidió recorrer Latinoamérica y unir el Polo Norte y Sur convirtiendo su sueño en realidad. En total, 76.000 kilómetros soportados por una BMW F 650 GS –pequeña de la familia GS–, la cual ha traído a Ceuta y en la que nadie confiaba para dar la vuelta al mundo por sus características. Excepto ella. “Tenía todo en contra para que no se pudiese hacer, pero he demostrado que se puede con cualquier moto”, explicó. “Se llama Descubierta y salí con otra moto que se llamaba Atrevida, las dos carabelas con las que el Capitán Malaspina, el último gran explorador español, llegó hasta las costas de Alaska”, explicó.