El sindicato UGT ha alertado de las graves deficiencias que presenta la Guardería I, ubicada en el edificio del Amor Fraterno, unas carencias que sufren a diario, ya no sólo los trabajadores, sino también los niños, desde prácticamente el traslado de estas instalaciones desde la residencia Nuestra Señora de África en 2009.
Con más de un centenar de niños matriculados en esta guardería el mayor de los problemas se centra en la falta de medidas de seguridad, hecho que se materializa en que tan solo un aula dispone de salida de incendios, mientras que el resto carece de tal elemento de seguridad.
Lejos de ser éste la única carencia en seguridad, el edificio cuenta con un patio exterior, cuyo acceso es una auténtica odisea, dado que las técnicos encargadas de los menores deben desplazarse desde el edificio de las aulas hasta el mencionado recinto debiendo cruzar una vía de acceso rodado al cual puede acceder cualquier vehículo. “De hecho, y estando por el centro, entró a dar la vuelta un vehículo de Marruecos con total tranquilidad y como si de una calle más de la ciudad se tratase”, explica el delegado sindical de FSP-UGT, José Miguel Antúnez.
Esta disposición implica que, a día de hoy, son “contadas” las ocasiones en las que las técnicos llevan a los niños al patio, no sólo por el peligro que ello supone, sino por el hecho de no contar con el almohadillado de caucho necesario para la seguridad de los menores. “De hecho el resto de patios que rodean al edificio no pueden ser usados al no estar acondicionados”, apunta Antúnez.
Otro de los elementos de riesgo que integran el edificio se encuentra en la rampa de acceso, al contar con un muro de separación en su parte más alta que ronda los 40 centímetros, lo que conlleva posibles caídas, no sólo de menores sino también de cualquier adulto, a la carretera situada a unos dos metros de altura.
La disposición de la Guardería, habitaciones en torno a un pasillo y su ubicación en la primera planta del edificio, pone también de manifiesto la falta de seguridad ante la posibilidad de que cualquier persona ajena a las instalaciones pudiera acceder a la zona donde se encuentran los menores. Además, al ser una residencia, la zona de guardería no se encuentra aislada del resto de dependencias.
Por otra parte, las aulas con ventanas a la fachada principal no cuentan con el aislante acústico pertinente, “haciéndose en algunos casos insoportable el poder estar en el aula, por el paso constante de camiones, hormigoneras y vehículos militares que circulan por la zona”.
Las carencias llegan a tal punto que incluso el aula de cunas no cuenta con agua caliente, lo que obliga a la técnico a portarla desde una clase contigua para asear a los niños. Además, las diez cunas son insuficientes para atender a los 15 bebés actualmente registrados en el centro, amén de no disponer de una zona separada del resto del aula para los cambios de pañales, con la consiguiente invasión de malos olores.
El resto de aulas tampoco dispone de una zona para los cambios integrada dentro del aula, que debería de estar aislada, “con lo que se debe de estar constantemente entrando y saliendo del aula con la consiguiente pérdida de control sobre los menores”.
Otras de las carencias recabadas por UGT aluden a aulas con espacio insuficiente para el normal desarrollo de los quehaceres diarios con los menores o la presencia de una cocina a escasos metros de un pequeño corral con conejos y gallinas, que provoca gran cantidad de insectos y malos olores, además de falta de higiene.
Continuando con la enumeración de deficiencias en las instalaciones, el sindicato denuncia la ubicación de la lavandería, situada en la misma planta y junto a las aulas, y en la que se acumula gran cantidad de productos químicos “con el consiguiente riesgo para la salud”. Además, apunta Antúnez, la mencionada maquinaria es de uso doméstico, lo que deriva en la acumulación de ropa para lavar. “En algunos casos los baberos llegan húmedos a los niños, y otras veces se han quedado sin toallas por no dar tiempo a lavarlos”.
El personal de trabajo se ve obligado a compartir un único baño que cuenta con un lavabo y un inodoro, a todas luces “insuficiente”, en cuanto “sería necesaria la colocación de taquillas y una zona donde poder cambiarse si fuera necesario”. A nivel higiénico, sólo una limpiadora se encarga de las tareas de saneamiento, “no da abasto para un centro de estas características”. A nivel de personal continúan las carencias, ya que la cocina está atendida por un único cocinero que debe abastecer a más de un centenar de niños, con distintas peculiaridades alimenticias, por temas de edad, alergias u otros condicionantes.
Un alquiler de 3.000 euros al mes
Aunque UGT reconoce que la anterior ubicación de esta guardería, en la residencia Nuestra Señora de África no está en condiciones adecuadas para el uso a la que se destina, no comparte la idea de tener alquiladas unas instalaciones “que no reúnen unas condiciones mínimas para poder dar un servicio adecuado”.
El alquiler del local, que ronda los 3.000 euros, es a juicio del sindicato, un “gasto inútil”, por lo que consideran “más rentable” la reparación del anterior edificio, que, al parecer, “no supondría un desembolso elevado. Se amortizaría con unos años de alquiler de la actual ubicación”.