Como cada 2 de noviembre, Día de los santos Difuntos, Ceuta rinde tributo a diferentes personalidades que perdieron la vida. En este caso, por su efemérides, el presidente del Gobierno de Ceuta, Juan Vivas, visitó las tumbas del alcalde Antonio López Sánchez-Prado, republicanos fusilados, víctimas del bombardeo del mercado y en la Guerra de África para rendirles homenaje y depositar sendas coronas de flores.
Tras la eucaristía celebrada en la iglesia de Nuestra Señora de África, el líder del Ejecutivo local junto a la comitiva se trasladó hasta el Cementerio de Santa Catalina, donde estos días se concentran todas las emociones por el recuerdo de aquellos que ya no están.
En el recorrido de Vivas por el camposanto se guardó silencio y se depositó una corona de flores en cada uno de los puntos del cementerio en el que descansan esos colectivos y el admirado alcalde. Además, para la ocasión se ambientó con música fúnebre el recinto.
En primer lugar, la comitiva se detuvo ante el mausoleo en honor de los republicanos fusilados por los franquistas. En la fosa común de Santa Catalina hay restos, según los trabajos del investigador ceutí Francisco Sánchez, de más de 150 de las 268 personas ejecutadas en Ceuta durante la contienda y principios de los años cuarenta.
Seguidamente, se rindió homenaje a los 53 ceutíes que, en enero de 1937, perecieron en el Mercado Central de Abastos durante un bombardeo republicano, acción a la que siguió el ajusticiamiento de un disparo en la cabeza del alcalde socialista David Valverde, así como de Antonia Céspedes 'La Latera'.
Tras el mismo, se colocó la corona de flores ante la sepultura de los caídos en la Guerra de África, durante la contienda entre España y Marruecos que se produjo a mediados del siglo XIX. La última parada fue ante la tumba del alcalde Antonio López Sánchez-Prado, quien fue sometido a un juicio sumarísimo que terminó con su condena a muerte por “rebelión militar”. Por lo tanto, tras denegarse su indulto fue fusilado el 5 de septiembre en la playa del Tarajal.