Yassin Al-Mughili quiere ganarse la vida de camarero. Es lo que solía hacer en Marruecos, antes de que en marzo de 2021 cruzara a nado el espigón del Tarajal de Ceuta en pleno temporal, arriesgando su vida. Aquella imagen, grabada por FaroTV, dio la vuelta por todo Marruecos. Yassin fue así protagonista incluso de los informativos de su propio país que se hicieron eco de la noticia de El Faro de Ceuta. Llamaba la atención que este joven se hubiera servido de una pelota de fútbol comprada por 2 euros en Castillejos para arrojarse al mar usándola como forma de mantenerse a flote. “No sabía nadar bien y me metí con esa pelota, me hizo el favor de salvarme la vida”, explica este oriundo de Chauen, de 23 años, que ahora vive en Algeciras en donde lleva residiendo siete meses.
En todo este tiempo Yassin no se ha olvidado de Ceuta, tampoco de la Guardia Civil a la que está eternamente agradecido por salvarle la vida. En ese momento, dice, “solo pensaba en mi madre”. No sabía si terminaría superando el reto de cruzar de uno a otro lado como lo habían hecho otros compatriotas. De frente tenía al Servicio Marítimo cuyos agentes le arrojaban un chaleco salvavidas y detrás la pelota que no quiso abandonar en ese periplo que, sabe, le pudo haber costado la vida.
Yassin habla con El Faro sobre todo lo que supuso aquello. Él es uno de tantos marroquíes que se fueron de Ceuta cruzando el Estrecho, algunos como peticionarios de asilo, otros no. Pero todos teniendo en común esa aspiración por conseguir un trabajo para mantenerse tanto a ellos como a sus familias. Yassin piensa mucho en su madre. La tenía presente cuando luchaba contra las olas para salvarse y la sigue teniendo presente ahora. “Es muy mayor” y la echa de menos, confiesa. Sigue buscando trabajo para poder darle mejor vida, después de las cuantiosas penurias pasadas en un país del que la juventud escapa al no encontrar aliciente para salir adelante.
En Algeciras Yassin vive en ocasiones con amigos, se mantiene como puede mientras intenta encontrar un trabajo de lo que sabe hacer. En Marruecos, reconoce, “no tengo nada”. En su hogar “la cosa está muy mal” y él solo busca solucionar su vida con un empleo con el que poder mejorar la situación familiar. Espera que alguien le dé una oportunidad.
Este joven recuerda con cariño la acogida que le dio Cruz Roja en la nave del Tarajal, a donde fue conducido después del rescate de la Guardia Civil. Fue Germinal Castillo, uno de los trabajadores de la entidad a quien recuerda con cariño, quien le compró otra pelota nueva. Aquello se había convertido en un símbolo que conmocionó a todos los presentes. No era un balón de fútbol cualquiera, era algo más. Cuesta entender que con el temporal que hacía ese día, alguien hubiera entregado su vida a un traje de neopreno y a una pelota parcheada comprada en un mercadillo del zoco. Pero la desesperación rompe cualquier barrera y es lo que hizo con este joven, cuya historia venía marcada por muchas complicaciones y por la falta de futuro. Un joven que se aferraba a un balón que suponía el triunfo de la vida.
En su teléfono móvil Yassin guarda todos los pantallazos de los distintos programas de televisión marroquíes que recogieron las imágenes de aquella travesía y que le hicieron conocido durante un tiempo. También los vídeos de lo que terminó siendo aquel día que tiene grabado en su recuerdo.
Ahora mira hacia atrás asumiendo todo lo que se enfrentó y confiando en tener un futuro.
Una travesía para huir de un país que lo convirtió en protagonista
Las imágenes de Yassin luchando contras las olas, que fueron recogidas por FaroTV, fueron protagonistas de los telediarios principales de Marruecos, que recogieron sobre todo el empecinamiento del joven en no dejar atrás una pelota que para él significaba mucho más. En Ceuta encontró cobijo en la nave del Tarajal que gestionaba la Cruz Roja.
Menos mal, ya Ceuta contará con más turismo y costaleros.
Lágrimas en mis ojos ante ésta osada "hazaña " .Que Dios te bendiga , VALIENTE
ES UN JABATO