Los trabajadores
transfronterizos de Ceuta no cesan en su lucha. Aunque este lunes han cambiado de ubicación para manifestarse a las puertas del
Palacio de la Asamblea. Lo han hecho con la esperanza de obtener ese apoyo que no logran encontrar en la
Delegación del Gobierno: “Sabemos que no tienen competencia en este asunto, pero llevamos más de tres meses concentrándonos en la Plaza de los Reyes y no hemos recibido solución alguna, por lo que decidimos venir al Ayuntamiento, porque, cualquier apoyo es bienvenido”, indica la portavoz, Rachida Jraifi. Un cambio de emplazamiento con el que, indican, quieren pedir al presidente de la ciudad, Juan Vivas, ayuda, porque “consideran que él se reúne con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y en otras ocasiones ha colaborado en solucionar muchos problemas y éste, opinan, es uno de ellos”. Los transfronterizos se muestran
hartos de esperar y de no ser escuchados por la Delegación del Gobierno en Ceuta: “Desde el principio hemos sido ignorados, la delegada del Gobierno, Salvadora Mateos, nos indicó que los países son soberanos y que este asunto no depende de ellos. Lo entendemos, pero necesitamos ayuda; estamos atrapados y buscamos una solución”, ha expresado Rachida Jraifi.
A pesar de contar con numerosas muestras de apoyo sobre todo de asociaciones y sindicatos como CCOO, los transfronterizos siguen sin ver la luz al final del túnel, ya que no obtienen la respuesta esperada por parte de la Delegación del Gobierno. Desesperados, este colectivo sigue además a la espera de una contestación del SEPE para ver su futuro en Ceuta. Una situación difícil que ya pesa en los afectados, que agradecen la ayuda de sus empleadores, pero que necesitan una respuesta del Gobierno y, sobre todo, para poder, de una vez, ir a ver a su familia. Algo, que expresa, afectada, Ijamai Lakbira, quien explica que aunque es de Castillejos considera que al estar trabajando durante años en España, deberían de apoyarla desde este país. Lakbira ayuda a su madre y a su hijo con su sueldo, por lo que no puede plantearse volver a Marruecos: “No puedo dejar mi trabajo de doce años por irme con ellos, porque tengo que mantenerlos. Estoy aguantando, pero necesito una solución y poder ir a verlos”, concluye.