La Policía Nacional lleva desde el minuto uno investigando con seriedad y profesionalidad la agresión sufrida por un menor el pasado fin de semana. Una agresión brutal que no debe quedar sin castigo. Una agresión que tiene una víctima y unos autores que deben ser detenidos y presentados ante el juez. Son los pasos que se dan en democracia, la democracia que entendemos casi todos, en donde se condena con pruebas en donde se sospecha y se detiene en base a hechos, no a rumores. Son los pasos que dan las personas cuerdas, las que saben que los buenos resultados se consiguen con calma, no provocando incendios, no tirando la piedra y escondiendo la mano, no alterando Ceuta con acusaciones falsas. Por eso la Policía se alejó de la contaminación y se centró en lo que debía. Días después de la brutal agresión que a todos nos conmocionó, no solo hay detenciones sino que además hay otros identificados que pronto serán arrestados y hay claridad donde solo existía ruido, demasiado ruido.
Los padres de la víctima, la familia directa del joven Omar, la que sin duda más ha sufrido todo lo que está pasando, pidió ayuda pero pidió también que no se hicieran acusaciones absurdas y que no se politizara la agresión. Un mensaje sensato que ha sido violentado por todos aquellos a los que en el fondo nada les importa lo sucedido, en el fondo no quieren saber la verdad, en el fondo solo quieren utilizar este caso para echar más gasolina al fuego, para mentir y para generar otros daños mayores.
Sin que ni siquiera la propia víctima hubiera hablado con la Policía, sin que por lo tanto sus prudentes familiares hubieran acusado a nadie, ya se difundían titulares falsos acusando a una panda de inmigrantes de la brutal paliza. Acusaban a adultos y a MENA de estar detrás de esa agresión aunque no fuera así. Debían estarlo porque les convenía que así fuera, no les importaba ni el trabajo de la Policía ni el estado de la víctima. Una hilera de publicaciones falsas que no han sido rectificadas por los que se consideran medios de comunicación y no son más que trileros convertía la chispa en algo más. La noticia de la agresión se posicionaba en las portadas acusando a los inmigrantes de dar palizas en Ceuta, mientras desde el entorno de la familia se pedía calma.
En ese río revuelto pretendió pescar Vox. Y así, el partido que dice deberse a miles de votantes, el que vela por el bien de Ceuta, el que augura presidio para los diputados de las demás formaciones menos para la suya, enviaba un comunicado la misma tarde del domingo para, convencido, acusar a los inmigrantes de la paliza, culparlos para, de paso, hablar de la entrada masiva de mayo y ¡bingo! culpar a la Ciudad, a la Delegación, a las autoridades con mando en plaza de todo esto. No iban a consentir una agresión que, en el fondo, les importaba bien poco. Como bien poco les interesaba saber la verdad y dejar trabajar a la Policía Nacional. Tienen un diputado en sus filas que lo es, debería haberles dado alguna lección de respeto al trabajo del CNP.
Al comunicado de Vox, que todavía no ha rectificado sino que, muy al contrario, ha puesto en duda las informaciones que se difundían porque no cuadraban con sus esquemas acusadores, se sumó el despropósito de la Asociación Ceutí de Estudiantes. Una entidad desconocida con la que Vox ya simpatiza en redes sociales calificando a su dirigente de “valiente”. Una entidad que tuvo el despropósito no solo de insultar a los medios de comunicación de manera indirecta diciendo que su información sobre las primeras detenciones no era cierta, sino que además habló de sus supuestas “fuentes policiales” y de una “línea de investigación” de la Policía Nacional que ellos decían conocer y que vinculaba la agresión a los inmigrantes. Todo ello para justificar una manifestación contra la inseguridad. Una manifestación que se nutría de esta mentira que tuvo que ser negada en nota oficial por la propia Jefatura Superior.
Es muy grave que una entidad asegure en una nota de prensa que la Policía sigue una línea de investigación sin ser cierta, es muy grave que atribuyan sus datos falsos a fuentes policiales. Es muy grave, muy peligroso y todo un despropósito.
Todo lo acontecido es bochornoso. El primero que no se merece esto es la víctima, mucho menos su familia. Y es así porque algunos han querido usar lo acontecido con otros fines, importándoles bien poco a qué destino conducían esas maquinaciones.
En Ceuta han surgido sucesos gravísimos, de todo tipo. Algunos han sido provocados por españoles, otros no. Las fuerzas de seguridad los han esclarecido porque han trabajado con libertad y sin presiones. Los jueces han dictado sentencias y los fiscales han acusado como se debe, con pruebas. Ese es el sistema y ese es el procedimiento. Sin odios, sin mentiras, sin perseguir otros fines particulares a costa de las desgracias ajenas.
Los ciudadanos deben ser inteligentes. Claro que tenemos un problema de inseguridad, ¿alguien lo niega?, ¿acaso no se han pedido medios a Madrid, no ha venido un presidente del Gobierno a Ceuta para demostrar su apoyo, no se van a liberar partidas económicas para aliviar una situación de crisis histórica, no se está reclamando una y otra vez atención? Seríamos unos necios negando que estamos pasando por una situación anómala, enrarecida y que pueden ocurrir otros sucesos. Pero eso no debe conducir a lo que algunos pretenden: a jugar con mentiras, a inventarse noticias, a engañar, a utilizar las desgracias y sucesos con un fin político, a manipular, creyendo que todo vale.
La Policía Nacional ha hecho y tiene que seguir haciendo su trabajo. La ciudadanía debe confiar en ella y alejarse del ruido, del charco en el que solo saben reinar los que juegan con los sucesos, con el impacto, con sus temores para perseguir sus fines. Y lo hacen mintiendo, con notas de prensa que no rectifican a pesar de saber que son falsas, a pesar de haber mentido, de falsear la realidad sin importarles las consecuencias para Ceuta y para su sociedad. Quizá es que ni les importe Ceuta aunque hayan querido adueñarse de ella.