Los trabajadores de la Fundación SAMU percibieron ayer parte de su sueldo dentro de las gestiones que está haciendo este organismo para poder solventar cuanto antes el problema del impago de las última nómina del mes de junio al personal que tiene contratado en Ceuta para la atención de menores extranjeros no acompañados tanto en Piniers como en los bajos de ‘La esperanza’.
Fuentes de la Fundación SAMU apuntan que dentro de la prioridad de preservar los intereses y derechos de los empleados, el objetivo es que puedan recibir lo más pronto posible su salario y puedan continuar de esta manera con normalidad en el desempeño de sus tareas.
Así, según ha podido saber este periódico, por el momento solamente se les ha abonado a algunos trabajadores entre el 30% y el 50% de su sueldo mensual. Un primer pago que las fuentes de la Fundación SAMU recalcan como un esfuerzo financiero que supone aumentar el riesgo económico que vive actualmente este organismo.
Unos ingresos parciales que se hacen con la confianza en poder pagar la otra mitad lo más pronto posible siempre y cuando se cumplan los compromisos adquiridos por los interlocutores.
Los retrasos en las nóminas vienen sucediéndose desde el pasado mes de enero según denunció esta semana el sindicato Comisiones Obreras (CCOO). Un problema que se debe a un atraso a su vez en el cobro de la parte proporcional de las ayudas que la Ciudad Autónoma debería haber realizado a la Fundación SAMU.
Ceuta cuenta en estos momentos con alrededor de 300 niños extranjeros que no están acompañados, de los que 130 reciben la atención de SAMU entre los alojamientos de PIniers y una parte del Centro de Realojo Temporal de Hadú.
El objetivo de SAMU es revisar a finales de este mes de julio el futuro laboral de 14 empleados que mantiene todavía con expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) desde el pasado mes de abril, momento en el que se recrudeció la problemática de los impagos.
SAMU cuenta con casi un centenar de trabajadores en su cuenta de cotización, lo que supone una cifra bastante menor que cuando tuvo lugar la avalancha migratoria de mayo de 2021 y Ceuta tuvo que implementar los recursos para la atención de los menores de otras nacionalidades llegados a la ciudad.