Tomas ‘el portugués’ padece delirio crónico. Por azares de la vida terminó en Ceuta formando parte de esa sociedad que queda invisibilizada por la que construye su vida día a día.
Son los débiles del sistema, aquellos que sin una familia al lado y sin centros sanitarios suficientes donde al menos saber controlar su enfermedad, terminan protagonizando crónicas de sucesos y, por consiguiente, de tribunales.
Tomas no solo cree ser un famoso expiloto de carreras que ha llegado a conducir vehículos de película, sino que también llega a considerarse dueño de los supermercados de Ceuta.
Este joven portugués que terminó en la ciudad durmiendo en sus calles y que comparte conversaciones con quien quiere escucharle permanece ingresado en Psiquiatría del Hospital esperando ahora la resolución judicial que dicte el magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 2 después del par de vistas judiciales que se han celebrado este martes.
Eximente completa e internamiento
Fiscalía considera que cabe la aplicación de una eximente completa proponiendo una medida de internamiento en un centro sanitario adecuado dado que sus capacidades están mermadas. Propuesta que fue aceptada por las defensas a falta de que quede refrendada en las oportunas sentencias.
A este joven portugués se le ha juzgado por un delito de atentado y otro de amenazas y lesiones. El primero, ocurrido en diciembre del año pasado, cuando unos policías nacionales de paisano le pidieron identificarse al verle en la calle Brull fumando.
Ese servicio terminó con forcejeo y agresión. Dice el acusado que no sabía que eran policías, pero sobre todo argumenta que no tenían por qué identificarlo ya que no estaba haciendo nada más que fumar. Entre cuatro agentes terminaron reduciéndolo.
Poco después se vería envuelto en otro suceso por el que también se le ha juzgado, tras un incidente en un supermercado de la calle Real con una cajera y una clienta.
Todas las partes han mostrado su coincidencia en la necesidad de adoptar una medida de internamiento durante unos meses, como así se hará.
Casos que llegan a los juzgados
El de Tomas no es el único caso de una persona con facultades mentales mermadas que termina en los juzgados, en la calle o apartado de la sociedad. La falta de una respuesta ágil es la que da pie a que se produzcan estas situaciones provocadas por un vacío en la administración clarísimo.
Esta historia tiene rostro, pero las hay, y cuantiosas, las que se repiten no solo en Ceuta sino en cualquier otra ciudad de España.
Tomas sigue pensando que no se le tenía que haber identificado porque no estaba más que fumándose un cigarro. A ojos de la Policía fue un sospechoso, quizá realmente era uno de esos invisibles que tapado con una manta roja y la mirada esquiva se interpretó como algo más.
SEGURO QUE SI FUERA FAMIIAR DE ALGUN PODEROSO YA ESTARIA INGRESADO