Esta semana escribo sobre una historia que me llamó mucho la atención durante una ponencia en el OuiShare Fest de París. El protagonista, Jordi Llonch Esteve, vino a hablar de cómo desde edades muy tempranas en el colegio nos enseñan a competir entre nosotros para a superar a los demás y quedar entre los mejores de la clase. En su caso la consecuencia fue ver a sus compañeros de clases como rivales, por lo que no compartía sus conocimientos con ellos. A priori únicamente estaba haciendo lo correcto, como mandan los cánones, estudiar para superarles e intentar sacar las mejores notas en el colegio. Jordi tenía un sueño desde pequeño, convertirse en piloto de avión. Estudió mucho y consiguió entrar en una de las mejores escuelas de aviación de Europa, con lo que su sueño cada vez estaba más cercano. Sin embargo, sus compañeros de clase y él seguían compitiendo entre ellos y actuando de la misma forma, sin compartir muchos conocimientos. “¿Conocéis esa sensación cuando crees que estás haciendo lo correcto, estás intentando ser el mejor, conseguir lo máximo, pero de alguna forma aún te sientes mal?” – comenta Jordi durante su ponencia. Jordi se convirtió en piloto de avión y su sueño se hizo realidad, pero durante unas largas vacaciones ofrecidas por su empresa decidió volver a la universidad para estudiar algo más creativo. Esta vez hizo una excepción: desde el primer día empezó a compartir todos sus conocimientos con todos sus compañeros de clase y el resultado fue espectacular. Contra más compartía, más estaban los demás dispuestos a compartir y ya no sólo se trataba de él, sino de toda una comunidad. En 4 años, compartieron más de 500 apuntes, crearon un grupo de blogs y se convirtieron en aliados expertos antes de acabar la universidad. Todos tenían algo que compartir con los demás y esto se convirtió en su visión. A raíz de esta experiencia y pasado un tiempo, Jordi decidió dejar su trabajo soñado como piloto para dedicarse a expandir su visión de cómo “todos y cada uno de nosotros somos expertos” – y es que todos poseemos cualidades que podemos compartir con otros. Su idea se ha materializado en el proyecto sharingacademy.com – una plataforma para clases particulares entre universitarios. “Consideramos que la universidad es el mejor lugar para colaborar, compartir y empezar a transferir conocimientos.” Se trata de una herramienta útil para ampliar lo que sabes y además cubre una necesidad: “Los universitarios a menudo piensan que estarán ahí 4 años, sacar buenas notas y conseguirán trabajo. Pero esto no funciona así, 4 o 5 años en la universidad no te asegura un trabajo.” – menciona Jordi. Seguramente en un futuro la plataforma también se extienda más allá “Queremos que, empezando desde la universidad, todo el mundo comparta todo lo que sepa hacer con otra persona. Piensa en lo que se te dé bien: ¿Se te da bien la cocina? ¿Sabes tocar la guitarra? – comparte tus conocimientos con otras personas, todos somos expertos”.