Un quejío y una guitarra han interrumpido el silencio en el Centro del Mayor. El dueño de ese cante ha sido Morenito de Íllora hijo, que ha estrenado el IX festival de peña flamenca ‘tío Miguel’ de Ceuta.
El artista, que procede de un linaje muy ligado al género, ha deleitado al público con su refrescante y juvenil voz. A través de ella, así como la de otros cantantes, el difunto y querido vecino ha estado presente este sábado en su ciudad.
“Llevo tres años viniendo. Esta es mi segunda casa”, ha señalado el primero del cartel. “Estoy agradecido por el trato que recibo aquí. Vengo con el corazón y con el alma”, ha asegurado. El primero en hacerse notar ha sido el guitarrista que, tras unos minutos, ha dado paso al suave timbre del cantaor.
Concierto
“Ábreme la puerta, que vengo herido de muerte. Ábreme la puerta, que he tenido una quimera”. Así, con esta frase, ha entonado con belleza la triste historia del asesinato de un hermano en Cartagena.
A pesar de su calma y de su emoción sostenida, de vez en cuando se ha levantado de su asiento para hacer algún gesto en pie. El público, que ha quedado mudo ante su concierto, de cuando en cuando, le ha aplaudido y proferido algún que otro ‘olé’.
Ha mirado a la pared, ha vuelto a la silla y ha ido a por la segunda ronda. Una soleá ha sido la siguiente de la lista. Morenito hijo, con la cabeza baja y los ojos cerrados, ha dejado correr el flamenco por sus venas, ese con el que ha crecido desde la infancia.
Palmeros
Al terminar una de las canciones, un asistente, se ha dirigido directamente a él. El ceutí, sentado en la primera fila, le ha expresado sus impresiones. “Soy un hombre feliz por ver y escuchar a usted y a su compañero”, ha manifestado.
Al poco, el cantaor ha retomado el repertorio al mismo tiempo que le ha dado el paso a los palmeros. Los dos, Adolfo Cortés y José Bustamante, se han sentado a su lado para acompañarlo en lo que le queda de actuación.
Al joven le han seguido otras voces como la de Remedios Reyes, Tarasco y Manuel Soler. Los han arropado en su andadura los guitarristas Fran Muñoz y Juan Benjumea. La guinda del pastel la ha puesto Rocío Díaz, bailaora que ha captado la atención del público con sus movimientos.
Tío Miguel
El festival es más que significativo en el presente. Lo que comenzó como un evento apadrinado por el ‘tío Miguel’ en el año 2020, se convierte en un homenaje que lo recuerda. Él también fue parte de los escenarios de Ceuta.
Voz afinada y bajo su característico sombrero, deleitó con su talento a numerosos vecinos de la ciudad sentados entre butacas. Raro es el caso de algún caballa que no lo haya escuchado en directo. Su sonido se apagó en enero de 2021, pero su persona aún vive a través de esta fiesta del flamenco.
Aunque era conocido sobre todo en el mundillo, se había ganado la simpatía de muchos. Su afición, más allá del cante, era la AD Ceuta. Vendía lotería de Cruz Roja y, en vida, recogió un reconocimiento por su colaboración con los coros de Navidad.
Implicado, siempre se involucraba y aportaba su grano de arena cuando era necesario. El día que dejó el mundo sus paisanos lloraron su muerte. Dedicatorias y mensajes en redes se difundieron por distintos canales en señal de respeto hacia ese que, sin quererlo, despertó en muchos el amor por la tradición del flamenco.





