De Tetuán a Ceuta, en los bajos de un autobús o en cualquier recoveco. Es el objetivo constante, permanente, de niños marroquíes cuyo único objetivo es cruzar a España. Un vídeo grabado en Tetuán muestra la forma en la que intentan agarrarse a un autobús que se dirige hacia la ciudad autónoma, con ocupantes españoles.
Los niños proceden de distintos puntos de Marruecos y permanecen en Tetuán a la espera de colarse en autobuses. Hay familiares de estos niños que incluso vienen hasta allí para visitarlos o buscando a sus hijos sin éxito. En la calle, el día a día se centra en esto: en colarse en vehículos.
Y esto pasa en Tetuán pero sucede de igual manera en distintos puntos del norte de Marruecos y con mayor crudeza en la frontera, en donde el acoso hacia las caravanas de turistas o a los autobuses que van a entrar en la ciudad autónoma es diario. Pasan las noches en las calles, días y días en la ciudad, en los barrios, con el objetivo que se alcanza en ocasiones y que sirve de revulsivo para el resto de compatriotas.
Ahí es donde UNICEF y su informe debería haber hecho hincapié y no cargarnos a nosotros con el mochuelo. Sigo pensando que la forma en que se reflejaba por escrito una realidad vista desde una visión subjetiva, me indignó y me pareció prostitución verbal.
Por cierto no he vuelto a ver en este decano el artículo. Quien quiera leerlo en otro medio nacional, lo encontrará en "el mundo" de ayer 28 de febrero.
animales, no tienen otro nombre