Hace poco me recomendaron ver Ted Lasso, una de las series bandera de la plataforma Apple Tv. Y declarado seguidor del cine y la televisión británicos como soy, ya sabrá el respetable de qué pie cojea esta recomendación. El hecho es que el karma me obliga a devolver las horas de divertido maratón que he tenido gracias a este descubrimiento animando a los lectores a ver una serie que es mucho más que una comedia adictiva y de fácil consumo (amable y de apenas media hora por capítulo). Para paladares refinados, lo que no quiere decir e este caso para público minoritario. Porque para que una comedia se convierta en peso pesado mediático con el que combatir a la competencia, ya tiene que ser buena. Y ya lo creo que lo es. Me declaro abiertamente supporter de Ted Lasso (de la serie y del personaje, interpretado con cercanía y brillantez por Jason Sudeikis). Qué digo supporter, ¡hooligan!
Se trata de una broma continua, con guiños a diversas tribus culturales, con guiones y diálogos mordaces e incisivos, con intención de transmitir buenas vibraciones tanto durante como después de su visionado, pero a la vez se trata de un producto mucho menos inocente de lo que aparenta que trata de la vida, de vivir, de lo bonito que tiene y de las dificultades que te encuentras también por el camino. Es una serie muy luminosa, pero como decían en Star Wars, no puede haber luz sin que haya oscuridad, y no podría explorar el alma humana como lo hace de bien sin echar un vistazo a sus complejidades. El argumento nos propone personajes muy bien trazados, con inseguridades, alegrías, amores, frustraciones, envidias, ocaso profesional, fracasos personales, compañerismo, amistad. Todo eso y bastante más en sólo dos temporadas disponibles en la mencionada plataforma, y una tercera (y por el momento, parece que va a ser la última), a la que le queda poco para su estreno.
El reparto y la música (un protagonista más en la conducción de los acontecimientos), además de un guion inteligente y sin complejos, son la clave del éxito de la trayectoria por las pantallas del protagonista, un entrenador de fútbol (americano) que se va a trabajar a Gran Bretaña (al fútbol llamado soccer), sin mucha idea del deporte en sí y bastante de la gestión de grupo, de personas y de personalidades. Y como su fuerte es el trato con personas, el resto de los personajes son igualmente piezas fundamentales en aquello que se nos presenta. Podría alargarme en mi discurso sobre esta tierna serie hablando de momentos favoritos como el del funeral o el capítulo que homenajea las comedias románticas británicas. Podría hablarles a ustedes de mis personajes favoritos y los porqués. Pero prefiero simplemente recomendarles descubrir Ted Lasso haciéndola suya y disfrutándola, circunstancia altísimamente probable. El karma lo agradecerá…