Encontrándonos las puertas del edificio de la comisaría de Policía de Colón, varios ciudadanos con cita previa estábamos en el acceso de dicho edificio, a la espera de ser llamados con nuestro numero de citación. Éramos más de quince familias acompañadas de menores, niños de entre 2 y 10 años, con un frío que pela y los menores sentados en el suelo del edificio de enfrente. Allí estuvimos durante más de 3 horas en esas condiciones inhumanas pero, gracias a policías nacionales que estaban de servicio, alguno que otro pudo resguardarse en el interior de su puesto. Los funcionarios que se disponían a llamar con las listas hacían todo lo contrario, ofreciendo un trato vejatorio y humillante hacia estos ciudadanos. Algo nunca visto, ni en países del sur de África. Lo mismo me ocurrió a mi mas tarde, al nombrarme la funcionaria y estar yo junto a mi hijo. En ese momento, me recriminó y exigió que entrase rápido, sin ni siquiera haberme dejado coger a mi hijo en brazos. Al acceder al interior, la funcionaria seguía con el mismo tono de arrogancia, prepotencia y falta de respeto hacia mi persona, llegando mi hijo de dos años a sentirse intimidado y hacerlo llorar por sus chillidos. Cuando le dije que si seguía con esa actitud me marcharía, y así fue, ella continuaba. Es en ese momento cuando le recrimino que no tiene vergüenza ni miramiento por un menor de dos años, a lo que la funcionaria me da un golpe en el brazo y me dice que me vaya fuera de aquí, que no me iba a atender. Al dirigirme hacia la salida, me persigue con la documentación en mano para seguir en la misma actitud hasta la llegada de mi marido y un policía nacional, que apaciguan a la funcionaria. Inmediatamente ponemos una reclamación y contamos lo sucedido. Mi intención es hacer esto público ya que esta señora por llamarla de alguna manera, se dirige hacia los ciudadanos con trato vejatorio, humillante y degradante. Lo único positivo que puedo sacar de este suceso es el trato de la policía nacional, se han portado con nosotros, como profesionales que son, dignos de mención.