Las soluciones de Acemsa basadas en la naturaleza

La empresa de aguas reflexiona sobre las respuestas que ha hallado en el entorno para los restos hídricos

Como cada año, el 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua. En esta ocasión, el tema de la campaña es ‘Naturaleza para el agua’ y está enfocada en las soluciones basadas en el medio ambiente y cómo estas permiten hacer frente a la problemática hídrica en el siglo XXI.

Como cualquier empresa y, en este caso, dentro del sector dedicado al abastecimiento y saneamiento, el ingeniero de la empresa municipal Aguas de Ceuta (Acemsa), Juan Manuel Sánchez, reflexiona en este día sobre las respuestas que ha encontrado en nuestro entorno.

La lucha contra el cambio climático es uno de los ejes sobre los que trabaja Acemsa. La voluntad de reducir las emisiones de carbono, en consonancia con el resto de Europa, engarza con la promoción de proyectos sostenibles.

Hasta el momento, en su actividad prima el uso de combustibles fósiles pero, su intención, es trabajar con energía limpia. Como ejemplo, apunta la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR), que reutiliza el metano que genera para mantener la temperatura del digestor.

O bien señala a los nuevos módulos de la Desalinizadora, cuya osmósis inversa –tecnología para la desalación del agua– recupera la energía.

Pese a todo, Acemsa busca un sistema que permita disminuir el consumo energético ya que, aunque se trate de una energía eléctrica limpia, ya viene tratada puesto que parte de un combustible fósil.

Este razonamiento conduce a la voluntad de utilizar vehículos eléctricos, como los presentados por la Consejería de Medio Ambiente a finales de 2017, así como a animar a las empresas con las que trabajan a seguir este plan de movilidad sostenible.

Naciones Unidas invita en este día a pensar en soluciones usando la creatividad y, prueba de ello, es que Acemsa estudia un proyecto experimental de instalación de placas solares a fin de reducir el consumo energético que requiere el bombeo de agua 24 horas en la estela de esa tendencia de acercamiento de los centros de producción a los puntos de consumo.

Unas medidas que baraja sin obviar aquellas de ahorro interno en la propia empresa y las de la propia ciudadanía que tiene que interiorizar que todo el agua que sale por su grifo exige del consumo energético propio del bombeo.

Control que verifica que es apta para el consumo

Cuando ocurre una catástrofe, las primeras enfermedades que surgen están relacionadas con la ingesta de agua en mal estado. A lo largo de la red de distribución de toda la ciudad, la sociedad municipal cuenta con puntos de control donde verificar que está en los niveles óptimos en colaboración con los laboratorios de Sanidad de la Ciudad Autónoma.

Este celo sobre la calidad del agua se debe a que, si no reúne las condiciones adecuadas, la probabilidad de que sea un riesgo para la salud es alto. De ahí que la seguridad alimentaria sea una prioridad no solo en esas circunstancias adversas, sino en el consumo diario de la población.

La empresa municipal toma el ejemplo de Benzú porque se ha alimentado directamente de los manantiales de Beliones pero, en ese contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja que todo el agua que se produce tiene que pasar por la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP).

En el caso de Benzú, Acemsa lleva el agua de la barriada a la Desalinizadora y de vuelta a este núcleo poblacional porque, de lo contrario, no le permitiría analizar que, efectivamente, reúne las condiciones higiénico-sanitarias.

Una isla autosuficiente tanto en el abastecimiento como en el saneamiento

Otro de esos desafíos a los que se enfrenta la sociedad –y cualquier empresa dedicada al sector como es Acemsa– es la seguridad en el suministro. Ceuta partía de una posición de desventaja puesto que carecía de un sistema que respondiese a esta necesidad. De ahí la instalación de aljibes en los edificios que simulaban el abastecimiento las 24 horas del día, lo cual también incidía en el consumo energético para el bombeo.

Ese suministro a lo largo del día era inestable puesto que Ceuta dependía de que el barco cisterna decargase el agua y, cualquier contratiempo en el Estrecho de Gibraltar, podía demorar la operación con la falta de aprovisionamiento que conllevaba para los hogares ceutíes.

Así fue hasta la construcción de la Desalinizadora en Benítez, financiada a través de fondos estatales y europeos, que permitió que la ciudad autónoma no dependa de ningún factor exógeno a medida que fue incorporando nuevos módulos a su infraestructura hasta la actualidad.

Esta medidas encaminadas a convertir a Ceuta en una isla autosuficiente en el abastecimiento se hizo extensible al saneamiento por el tratamiento de las aguas que se vierten al Mediterráneo.

Las sucesivas directivas europeas instan a las autoridades de los países de la Cuenca Mediterránea al procesamiento de los vertidos ya que, la ausencia de movimientos significativos de la masa hídrica, impide su renovación en una región con un alto riesgo de convertirse en un ‘mar muerto’ debido a la contaminación.

Ante ese escenario, entra en funcionamiento la EDAR de Ceuta encargada del tratamiento de las aguas que se devuelven al mar y la cual completa la planta de secado térmico de fangos. Una instalación con la que se da por cerrado el ciclo integral del agua en la ciudad.

De los grifos a una red compleja en apenas un siglo

Sin necesidad de retrotraerse tanto en el tiempo, de 100 a 150 años, Acemsa enumera diversos enclaves donde queda patente el desarrollo económico y social en materia hídrica.

De los grifos en el Príncipe Alfonso al propio nombre de Fuente Caballos, la opinión pública no es consciente del desarrollo experimentado en la red de saneamiento y abastecimiento en un periodo histórico relativamente corto, al igual que ha ocurrido con la introducción de la electricidad.

Ese importante desarrollo social se traduce en la construcción de viviendas, más electrodomésticos y la necesidad de contar con mejores redes que faciliten la vida cotidiana de los ceutíes.

Planes de contingencia ante inundaciones y equipamientos en caso de corte eléctrico

La prevención ante situaciones catastróficas preocupa a Acemsa que, para tal fin, dispone de planes de contingencia en caso de inundación. Ceuta tiene un clima mediterráneo seco, con periodos cortos e intensos de lluvias lo cual obliga a la empresa municipal a contar con un catálogo de zonas inundables y medidas de contención acordes.

Otro escenario posible consistiría en una interrupción del suministro eléctrico que afectase a la Desalinizadora y, por tanto, el suministro de agua resultase alterado.

Para esos casos, está disponible el agua de los pantanos. Asimismo, el corte eléctrico en la ETAP se paliaría con su grupo electrógeno y, las bombas, con su sistema autónomo.

El Azud del embalse del Infierno tiene su origen en la sustitución de una estación de bombeo por otro sistema basado en la gravedad

Naciones Unidas aboga este año por la restauración de los humedales, que deberían de integrarse en los planes de desarrollo, puesto que proporcionan múltiples beneficios económicos, sociales y culturales.

Acemsa desveló que el Azud del embalse del Infierno, en su zona baja, donde acumula agua, se ha convertido en un humedal donde nidifican distintas especies. La formación de esta presa artificial, de gran valor ornitológico, tiene su origen en una actuación de Acemsa que hace una década sustituyó una estación de bombeo en la zona por un sistema de bombeo por gravedad.