Los últimos datos sanitarios arrojan un dato preocupante: 30 nuevos positivos, una de las cifras más altas de esta quinta ola. Cifras que se producen mientras sigue avanzando la campaña de vacunación convertida en la única arma conocida para, al menos, aminorar los efectos letales de este virus. Única arma conocida que, no por ello, debe hacernos bajar la guardia o dejar a un lado las medidas de prevención y cuidado debidos. Buena parte de los contagiados se corresponde con personas que ya tienen la pauta completa, personas que se han confiado en que no cogerían el virus, pero sí, claro que se coge aunque sus efectos son menores que si no se tuviera esa vacuna. Por eso es importante atender los consejos de Sanidad: vacunarse pero también cumplir con las medidas de seguridad y no pensar que todo pasó, que todo se perdió, porque no es así. Ese es precisamente el gran error en el que se incurre, error que luego tiene sus consecuencias.
Debemos tener especial cuidado, ahora más que nunca, para que el virus no haga de las suyas y los contagios se disparen, generando un mayor volumen de ingresos en el hospital. Eso sería el peor de los destinos y a lo que nos debemos enfrentar con todas las armas y capacidades posibles.
No por repetirse la lección resulta innecesaria, al contrario, hay que repetir una y otra vez la receta conocida contra un virus que se resiste a dejarnos y que se ha convertido en la peor de las pesadillas que está consiguiendo que la vida no termine de normalizarse y que la sociedad no recupere el ritmo al que estábamos acostumbrados.