Jugar en nuestra vida, intentar ser niños durante todos los días, ser esa persona inocente que va por las calles buscando datos nuevos, fingir que no sabes para escuchar cosas de nuestros semejantes, sentir la confianza de los tuyos, ser una piedra que está ahí indicando que existe.
Buscar todos los días una razón de existir, descubrir que estamos equivocados y que debemos de abrirnos al mundo actual, no ceñirnos a una idea de antaño, y pensar que estamos en el presente y que el futuro puede estar aquí al lado.
Sigo escuchando los ruidos de siempre y sin ver nada se de lo que se trata, no es ser adivino, sino tener experiencia que nos ha llegado en la observación de nuestro contorno.
Y es que somos algo que ha llegado a este mundo y seguimos en el por algún motivo y eso es lo que tenemos que descubrir.
El presente es hoy, y hay que escudriñar, para sentir la curiosidad, y tender la mano al juego de todos los días, ese que nos hace abrir los ojos a un nuevo envite, una nueva oportunidad de estar aquí, con los nuestros y nuestras vecindad, que cuenta a los suyos, una y otra vez, ya que desea estar con ellos y sentirse útil.
No todo es pensar, sino actuar y buscar la interrelación con nuestros congéneres y sentirse útil, activo, y fomentar algo que nos sirva para que piensen en nosotros cada día que va pasando.
Desde el juego infantil donde nos damos las manos y giramos al son de unas letras, y saltamos, votamos, y nuestro ser se ve enfocado y reflejado en todos nosotros, por qué somos uno, y un conjunto, que saben y deben forjar ideas de relación, amor, humildad y trabajo.
Una convivencia esencial de nuestra sociedad, y un respirar por nuestra vida en común.
Seamos niños y busquemos las formas, ideas, de serlo durante todos los días de nuestra querida vida.