Granada volvió a sentir varios terremotos en apenas minutos. Se repite la historia que llevan viviendo durante estas últimas semanas y que provoca el miedo entre los residentes de la ciudad andaluza. A las 21:36 de este martes se registró en Santa Fe y Chauchina, prueblos próximos a la capital granadina, un movimiento de magnitud 4,3 y 4,1, respectivamente, según el cálculo provisional del Instituto Geográfico Nacional (IGN). Fue el primero de una serie de temblores que se percibieron con claridad en la ciudad y en gran parte de su área metropolitana. Según el IGN, entre las 21:36 y las 22:18 horas se registró una decena de seísmos por encima de la magnitud 2,9. Como consecuencia de la fuerza y la rápida sucesión de las sacudidas, muchas familias fueron abandonando sus casas y, a pesar del toque de queda, buscaron un refugio paradójicamente a la intemperie.
En Granada residen muchos ceutíes que se encuentran estudiando sus grados universitarios y que en la noche de este martes volvieron a sentir el miedo, tras las distintas sacudidas. A pesar de que se registró más de una decena de seísmos, no todos fueron de la misma fuerza por lo que no todos lo percibieron. Selma Abdelkader es una ceutí que estudia Logopeda en la Universidad de Granada y que en el momento del primer seísmo se encontraba cenando en el comedor de la residencia con otros compañeros. “Estábamos cenando y de repente empezó a temblar la mesa y toda la cocina”, afirma a El Faro de Ceuta esta ceutí. Asegura que notó hasta 4 terremotos, teniendo la sensación que “el primero de ellos fue el más largo y más fuerte”.
Asimismo, Abdelkader admite que fueron varios en apenas minutos, y que en los últimos se salieron al patio de la residencia. “Salimos al patio y allí ya no se notaron tanto”. El miedo hizo que todos los estudiantes de la residencia salieran a la calle, al igual que pasó en distinto puntos de la capital granadina. El miedo se apoderó de todos ellos.
El alcalde de Granada, Luis Salvador, llegó a pedir incluso, por redes sociales, que los ciudadanos regresaran a sus domicilios porque había riesgo de “desprendimiento” de alguna cornisa y eso provocara males mayores.
Otra ceutí, Natalia Raya, ha explicado a El Faro la sensación que sintió con los distintos terremotos. Raya afirma que en uno de los temblores notó “crujir” hasta el edificio. Indica que reconoce cual es el sonido de un terremoto, ya que su edificio tiene un “ruido característico”. Asimismo señaló que sintió “mucho miedo” ya que vive sola y con un “ataque de ansiedad” le comunicó a su madre que se iba a la calle, no aguantaba más sola en su domicilio.
Una vez que acude a la calle se marcha al parque Federico García Lorca, un lugar alejado de edificios, y allí ve a muchísimas personas e incluso a personas mayores dentro “de sus vehículos con los cascos puestos”. “Ahí me puse muy nerviosa. Solo quería llorar porque la escena me recordó a cuando vivía de pequeña en Ceuta y se produjo el incendio de Parque Ceuta que viví en primera persona”. “Estuve dos horas en la calle. Me sorprendió que aún viviendo los terremotos las personas seguían respetando las distintas medidas sanitarias por el coronavirus. Te sientes tan pequeña e insignificante”, añade Raya.
Anas Kebida: "Sentimos miedo, no estamos acostumbrados a vivir este tipo de fenómenos"
Asimismo, Anas Kebida, estudiante de primer año de Ingeniería Química en la ciudad granadina, se encontraba estudiando en su domicilio, junto a su compañero de piso, y de repente “empezó a temblar toda la habitación y los muebles”. “Duró poco, aunque fue muy fuerte”. Además, Kebida, reconoce que poco tiempo después notó varios seísmos más.
“Sentimos miedo, no estamos acostumbrados a vivir este tipo de fenómenos. Tuvimos que salir a la calle junto a los vecinos”, expresa el joven a lo que añade que “Es una sensación muy angustiante, ya que uno no sabe si vendrá otro más o no, si será más fuerte que el anterior o no. Eso paso a estragos como, por ejemplo, no poder dormir por el miedo a que pase algo”, finaliza.