La tercera semana cultural del colegio Reina Sofía ha iniciado su andadura repleta de reconocimientos. El equipo docente ha aprovechado esta ocasión para llevar a cabo un acto inaugural en Ceuta cargado de placas conmemorativas a personal educativo.
La ceremonia no ha estado exenta de emociones a flor de piel. El homenaje a Arancha Martell ha sido un motivo de celebración, pero también el recuerdo de la dura noticia de su partida.
Su familia, acompañada por miembros de la dirección de la escuela, ha sido la encargada de colocar una placa en su memoria en el aula de música. A partir de este lunes, ella está presente en ese espacio al que tanto tiempo le dedicó en vida.
Placas
Antes de dirigirse a la citada clase, los asistentes han sido testigos del reconocimiento a Cristóbal Guzmán y Antonio Ramírez, ambos relacionados con el centro a través de su desempeño como inspector.
Visiblemente contentos y con una mirada de agradecimiento, han recogido los diplomas. Pilar Espinosa, jefa de estudios y Francisco García, director, han destacado las cualidades humanas de estos dos profesionales.
La labor del colegio también ha salido a relucir. Los dos han hecho hincapié en todos los esfuerzos empleados por toda la plantilla que compone a comunidad del ‘Reina Sofía’.
Semana cultural
La ceremonia ha tomado lugar tras el desarrollo de las primeras actividades de la semana cultural. El proyecto ha alcanzado este año su tercera edición y, en esta ocasión, ha basado todo su programa en Andalucía.
Una excursión por la comunidad autónoma ha sido el aliciente que ha llevado al profesorado a elegir esta temática. “Lleva tres años en marcha. Hace dos, la primera, fue sobre el medio ambiente y la pasada sobre Ceuta”, ha incidido García.
Las referencias a la región han dominado la jornada. A través de cuentos o decorados, los distintos rincones de esta zona de España han sido mostrados a los estudiantes. Miembros de Cruz Blanca y de Cruz Roja han colaborado en esta jornada con los docentes que esta mañana se han congregado en el patio.
Ataviadas con flores de flamencas y con peinetas, han guiado a los niños de primer ciclo por la ruta de talleres organizada para el inicio de la propuesta. A lo largo de toda la semana, otros cursos participarán en diferentes actos.
Distintas competencias
Los juegos planificados tratan de fomentar el desarrollo de todas las competencias posibles dentro del aprendizaje. “Es un trabajo que trata de usar metodologías activas para alejarse del que se ha hecho de manera tradicional”, ha destacado el director.
“El objetivo de esta iniciativa es, sobre todo, hacer ver que se puede enseñar de un modo distinto al habitual y dar una visión de los esfuerzos que se realizan en este centro”, ha indicado.
De hecho, para condensar toda la labor efectuada en el curso, se ha establecido en una de las áreas del centro una exposición que la refleja y resume. Los alumnos podrán visitarla a lo largo de la semana.
Materiales
Los materiales utilizados en las actividades son los de toda la vida. Rotulares, folios o cartulinas ayudan en este trayecto hacia la adquisición de conocimientos. Sin embargo, esta escuela no prescinde de otras herramientas más novedosas a pesar de las dificultades.
“Es complicado en un patio sacarlos todos, más que nada porque este no reúne las condiciones adecuadas en cuanto a las instalaciones”, ha explicado. “La sala de muestra sí que va a contar con objetos creados con cortadoras, impresoras 3D e incluso cuenta con una zona de robótica”, ha señalado.
El colegio cierra sus puertas al resto de la sociedad local. Es más, trata de propiciar la participación de otros agentes, como, por ejemplo, de asociaciones. Es este el motivo por el que Cruz Blanca y Roja han cooperado con el centro.
“Ellos suelen estar por aquí. Existe aquí una escuela para padres. Se ha desarrollado durante todo el año. Se ofrecen a dar charlas a ellos. Nos parece bien que se impartan. También les proponemos montar algún taller para la semana cultural”, ha subrayado.
Aula del futuro
Al igual que otras escuelas de la ciudad, el ‘Reina Sofía’ trata de lograr su propia aula del futuro, un proyecto que trata de implantar un método educativo diferente al tradicional basado en la práctica y en las nuevas tecnologías.
“La pedimos cada año, pero es comprensible que aún no esté. Son muchos los colegios los que se presentan y el presupuesto es el que hay”, ha expresado. “Lo que sí es cierto es que en cada curso se nos dota de ciertos medios. No son suficientes, pero tratamos de fabricar nuestro propio espacio con esos recursos que nos conceden, lo que hace que sea más factibles que generándolos directamente nosotros”, ha comentado.
El centro aspira a alcanzar esta propuesta entre otras. Mientras tanto, por el camino, dan pequeños pasos para mejorar las enseñanzas que reciben sus alumnos en el día a día.