Es lo que dice Verdejo. En Vox han terminado como el rosario de la aurora. Y de momento esa fiesta que se acaba no ha hecho más que asomar la patita.
Se vive un auténtico espectáculo impropio de quienes enarbolaban la bandera de la honestidad, la transparencia y el buen comportamiento político. Ellos, los de Vox, se erigían en una especie de reflejo de lo puro. Lo demás era lo que había que echar, anular e incluso desterrar, porque además de creerse los dueños de las banderas, también lo eran de los territorios.
En plena lucha encarnizada, Verdejo amenaza/advierte: “Prepara tus asesores jurídicos”, le dice a Redondo. Quizá debería romper ya, ser claro y dejarse de mensajes en redes o ruedas de prensa basadas en meros anuncios.
Si quiere contar que cuente, si quiere denunciar asuntos de gravedad que lo haga, si quiere dar el paso de destapar lo que supuestamente sabe que cruce esa línea que le llevará a dejar el foro plenario para entrar en el despacho del fiscal.
Este espectáculo pueril no lleva más que a alimentar las especulaciones. Sirve, eso sí, para cubrir crónicas periodísticas, pero no aporta ni claridad ni nada bueno a la política.
“Prepara a tus asesores y jurídicos para que analicen todo lo que voy a contar”, dice en redes sociales Verdejo.
Lo que tiene que hacer es comparecer, hablar claro, concretar cómo se organizaba la campaña de su partido, con qué mimbres podían salir adelante, con quiénes se reunían o dejaban de reunir y cómo podían sostener una formación que solo sirvió para generar crispación y odio sobre los mismos temas que hoy siguen preñando su programa electoral.