Son habituales las quejas vecinales de “mi barriada está sucia” y en muchas ocasiones, de manera injusta, la mirada solamente se dirige al Gobierno local pasando por alto que la basura la deja cierta gente donde no debe. El caso es que muchos ceutíes suspiran por una ciudad más limpia y amable en la que no haya que apartar la vista de los desechos y la mugre acumulada en las calles debido al incivismo sin que por ello sea sana la crítica hacia la gestión de los servicios. En este sentido, la Ciudad quiere avanzarse a las demandas vecinales y mandar un mensaje contra los que manchan el espacio público.
El Ejecutivo local quiere dar caza al incivismo elevando las sanciones con infracciones graves que pueden ser sancionadas con hasta 3.000 euros para los que abandonan muebles o enseres grandes. Nada como el bolsillo, y más en estos tiempos, para evitar que el incivismo campe a sus anchas. Desde la Ciudad se quiere mejorar así el estado de las calles y concienciar a la población de la necesidad de cuidar lo que es de todos.
La nueva Ordenanza de Limpieza Pública y Gestión de Residuos es más inclemente con los que desoyen la norma y les da igual ensuciar Ceuta. De esta manera, sube la cuantía de las multas tanto de las infracciones leves como de las sanciones graves.
No puede ser el grado de egoísmo e indiferencia ciudadana que demuestran quienes no tienen remilgos en tirar su nevera vieja o cosas peores a la calle. Desde luego, algo hay que hacer contra esta forma light de vandalismo y el Gobierno ya ha movido ficha. Eso sí, los servicios públicos de limpieza también deben responder bien.