Este joven lleva 2 años y 8 meses en coma, en el Hospital
Samir lleva dos años y medio postrado en una cama. En la habitación número 123 del Hospital Universitario. El 21 de abril de 2015 sufrió un accidente en la Cuesta Parisiana que nunca ha sido esclarecido, a pesar de existir un procedimiento judicial sobre el que se ha dictado auto de sobreseimiento provisional.
Son muchas las hipótesis barajadas en torno a esta historia: que si fue atropellado, que si se golpeó de forma accidental... Ningún testigo ha aparecido en estos casi tres años para decir claramente qué es lo que pasó aquel día. Los informes que hizo la Policía Local y la Nacional tampoco aclaran un suceso que ha dejado a este joven trabajador para siempre en una cama; no consiguen concretar si fue una caída o un atropello con posterior golpe.
Un apoyo incondicional
Pero Samir no está solo. Desde que sucedieran los hechos, sus manos y sus pies tienen forma de mujer. Ella es Sadía, su madre. La que le dio la vida y la que se la mantiene. Porque sus cuidados no solo causan una mejoría lenta en el cuerpo de este joven de Casablanca, sino que lo aferran al día a día.
“Él no habla, después de tener el accidente lo trajeron al Hospital. El accidente fue aquí en Ceuta, por eso no se tiene que ir de aquí, necesita cuidados pero nadie me atiende”, lamenta Sadía a las puertas del Hospital, frente a la estatua del doctor Abdelkrim, por quien muchas personas sienten fervor.
Samir trabajaba de tapicero y vino a Ceuta ese día como otros tantos para ganar un dinero. Pero en su periplo recibió un fuerte impacto de un vehículo, eso dijeron inicialmente algunos testigos que, después, no aparecieron. Su madre insiste en que hubo gente que vio lo ocurrido y que con su declaración podría ayudar a resolver este caso, sobre el que el Juzgado número 2 ha dictado auto de sobreseimiento provisional al no poderse avanzar más.
Sadía pide que su hijo sea trasladado a un centro de la península para tratarle
“El vino con su bicicleta, le atropellaron pero ahora dicen que se cayó. El médico asegura que no se pudo caer solo, que tuvo un golpe muy fuerte. Cuando me llamaron solo me entregaron el pasaporte de mi hijo, la bicicleta desapareció”, explica Sadía a FAROTV.
“Siempre me decía, ‘mamá, que quieres’... él no guardaba nada, era un chico feliz”
Esta mujer, que vive permanentemente entregada al cuidado de su hijo desde hace 2 años y 8 meses, pide ayuda. Insiste en que hubo testigos, teme que el caso se archive definitivamente y nunca aflore la verdad.
“Hay gente que lo vio pero no quiere hablar, personas que estaban detrás del coche. Hubo una niña que lo vio y lo puso en Facebook. Cuando le dijeron que hablara, no quiso hacerlo”. “Mi hijo no se cayó solo, él no tenía daños en la cara, solo en la nuca”.
Recuerdos imborrables
Sadía recuerda a su hijo, a ese chico joven de 35 años lleno de vida que cruzaba a Ceuta para trabajar y ayudar así a su madre. Ahora lo tiene a su lado, pero postrado en la cama.
“Siempre me decía, ‘mamá qué quieres’. Él no tenía nada de dinero, no guardaba nada. Era un chico feliz, nunca vio el médico, le gustaba el boxeo. Ahora está en coma, pero va mejor, él no tiene un médico para lo suyo. No hace gimnasia para mejorar. Quiero que lo lleven fuera como han llevado a otros para que mejore”.
La clave de todo esto está en Samir. Si pudiera hablar y contar lo que pasó aquel día se esclarecería todo lo acontecido. El abogado José Luis Pizarro asumió este caso hace poco más de un año y ha peleado para que pueda haber luz.
Pero de momento tras los trámites judiciales llevados a cabo poco se consigue avanzar ante la falta de pruebas, de testimonios, de datos que ayuden a reconstruir los hechos, a dar los pasos necesarios hacia atrás, hasta el momento en que Samir, este joven luchador que se desvivía por su madre, estaba pedaleando con su bicicleta por la Cuesta Parisiana.
En el Hospital los médicos le atienden y mantienen por cuestiones humanitarias, siempre con su madre al lado, su ángel.