Es innegable que las medidas establecidas en el nuevo decreto de la Consejería de Sanidad, que entre otras cosas ordena el cierre de las playas y de la Explanada Marina de 12 a seis de la madrugada y el acortamiento del horario de cierre del sector hostelero, generarán malestar entre aquellos que prestan servicios en dicho sector y quienes buscan esparcimiento nocturno en Ceuta, pero las cifras que demuestran la veloz escalada en los contagios en la ciudad las exigen de manera inmediata.
Ayer lunes amanecimos con la noticia de que Ceuta pasó a Riesgo Muy Alto después de registrarse 19 nuevos positivos, aumentando la incidencia acumulada a catorce días a 257,71 casos por 100 mil habitantes y obligando al aislamiento de más de 500 personas.
Estos números justifican ampliamente las medidas, sobre todo cuando no ha sido posible sensibilizar a algunos sectores sobre la necesidad de regulación en los procesos de socialización, limitando sus contactos y respetando el distanciamiento social, factores claves para contener el virus que ha trastocado la vida en todo el mundo desde hace 16 meses.
El decreto de la Consejería de Sanidad espera la aprobación del TSJA a las medidas que no buscan otra cosa que preservar la salud de los ceutíes, la defensa del sistema de salud y el evitamiento de extremos que decididamente tendrían consecuencias nefastas para la economía local de empeorar la situación, lo que obligaría a acciones aún más extremas. Es bajo el precio a pagar si, como se espera, las nuevas condiciones de convivencia evitan que el mal sea mayor.