Un nuevo local de la zona sufre otro atraco con idéntico modus operandi: corte limpio de la persiana l Se llevan 2.500 euros y mercancía.
La ola de robos en la zona centro se cobró en la jornada de ayer una nueva víctima, la juguetería ‘Don Juguete’, sita en la calle Fernández, establecimiento al que uno o presumiblemente varios ladrones acudieron de madrugada para robar 2.500 euros en metálico y una decena de cajas grandes de Playmobil y Scalextric.
El hecho delictivo se llevó a cabo por un patrón común en los numerosos comercios de la zona que han sufrido robos en este primer mes del año: un soplete cercena con maestría, realizando un corte limpio, la persiana de seguridad, “todo ello actuando con total tranquilidad porque saben –los ladrones– que no hay presencia policial alguna”, apunta, con amargura la propietaria de ‘Don Juguete’.
En este sentido, la mujer, que en realidad delega en su marido la gestión del negocio, indica que “hay que hablar alto y claro, hablar sin dar rodeos: las personas en el centro de Ceuta tenemos miedo y esto es así porque no hay seguridad, no hay policías y no hay, luego, el peso de las leyes sobre el ladrón, en el caso de que lo atrapen”. “No puedo entender”, añade, “que una ciudad tan pequeña sea incontrolable, sea un punto tan conflictivo y peligroso, que tenga un centro sin ley”.
Mientras valora el robo y su marido está en la comisaría denunciándolo, la señora muestra con estupor el limpio corte de la persiana, al tiempo que numerosos vecinos se asoma, le dan su apoyo y se muestran de acuerdo en la denuncia: “Es una vergüenza”, dice una mujer, “¿dónde está la Policía?”, se pregunta acto seguido. “El asunto es que esto no es un caso aislado, es la realidad de esta zona”, vuelve a señalar la propietaria de ‘Don Juguete’, y a tenor de lo que se confirma, tiene razón.
Porque a unos metros de la calle Fernández, en Isabel Cabral, el bar ‘Vámonos que nos vamos’ y la peluquería ‘Galindo’ fueron los anteriores perjudicados de lo que denominan ambos negocios como “una verdadera ola de atracos”. Hablan con motivos, puesto que en el bar, el o los ladrones, siempre utilizando el mismo modus operandi del limpio corte en la persiana, se llevaron hace un par de semanas 1.200 euros, botellas de alcohol “de todos los tipos”, una máquina para cortar fiambres o dañaron la tragaperras. “Además de la televisión”, apunta también desde detrás de la barra el dueño.
Una televisión robaron también de la peluquería ‘Galindo’, así como 800 euros, “que era el dinero de la lotería”, señala el afectado, quien también alza la voz, rotundo: “No podemos negar que da miedo salir a la calle, cerrar el negocio e irse a casa. El centro está tomado de ladrones que actúan sin miedo a la Policía”. “La juguetería, el bar, el quiosco, yo… esto es así y quien tiene que hacer algo, no hace nada”, lamenta.
Ante este escenario, los vecinos que caminan por las calles y a los que se le requiere una opinión, muestran la misma preocupación y demandan igualmente “urgentes soluciones”. Uno va más allá: “Yo les cortaba las manos”, dice, y se marcha calle abajo mirando de un lado a otro, “porque eso es otra: los conductores que no respetan las señales viales”, dice volviéndose hacia atrás.