El Foro de la Educación de Ceuta se volverá a reunir la próxima semana para aportar sugerencias al Ministerio sobre cómo gestionar el próximo curso escolar, que no se sabe todavía hasta qué punto se verá condicionado por la pandemia de la enfermedad del coronavirus con la obligación de limitar a 15 el número de estudiantes por aula, una ratio que obligaría a replantear toda la organización del sistema educativo en la ciudad.
Con las precarias condiciones e infraestructuras de Ceuta, acomodarse a ese nuevo contexto se antoja casi un imposible, pero la Dirección Provincial del Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP) y otros agentes de la comunidad educativa han comenzado a trabajar en planes de contingencia que coinciden en una necesidad fundamental: más recursos.
“La nueva organización”, estima CCOO, “afectará a todos los elementos esenciales del sistema. Todos ellos, jornada, carga lectiva, currículos y metodología, se van a ver sustancialmente alterados sin poder contar con el tiempo de maduración suficiente para contrastar sus efectos, lo que sin duda entraña una mayor dificultad y, en consecuencia, un mayor riesgo”.
Teniendo en cuenta la ratio actual, la aplicación de la condición de no acumular más de quince estudiantes por aula obligaría, sin alterar otras variables, a multiplicar aproximadamente por 1,8 el número de grupos y, consecuentemente, el de aulas, horas lectivas y profesores.
Tal panorama choca radicalmente con la realidad de la ciudad: no hay espacio ni presupuesto que soporte esa duplicidad del sistema, por lo que habrá que explorar “una combinación óptima entre los ‘aumentos de espacio’ y la ‘reducción de horarios lectivos’ que permita ajustar las necesidades a las infraestructuras y recursos disponibles”.
La Dirección Provincial del MEFP ya ha constatado que solo en un instituto hay espacio disponible para ganar el hueco necesario donde vencer el reto planteado. Además, ha reclamado a los Servicios Centrales del Ministerio un total de 150 docentes extra, reivndicación que, se prevé, difícilmente podrá ser atendida.
Esa solicitud es, a juicio de otros agentes de la comunidad educativa como CCOO, insuficiente. “Partiendo del obligado respeto a las condiciones laborales del profesorado y para hacer frente a los cambios organizativos será preciso un incremento mínimo de la dotación de profesorado de un 15%, en torno a 200 nuevos profesores”, estima.
Además, la jornada escolar en Infantil, Primaria y Secundaria se debería reducir a cuatro horas lectiva diarias en dos tramos con una interrupción de 60 minutos para labores de limpieza.
En ese marco, los centros deberán elaborar un currículo básico “flexible” y “más competencial que enciclopédico, permitiendo la organización de los aprendizajes en núcleos de ámbitos de conocimiento más amplios que las asignaturas o materias”. En el caso de la ESO, “las programaciones deberán prever los cambios metodológicos derivados de la modalidad telemática”.
CCOO también augura que “se deberán implantar y generalizar programas de apoyo, refuerzo y acompañamiento en Infantil y Primaria” que formen parte de la jornada lectiva “en la proporción que determinen los criterios pedagógicos y el ajuste de los horarios disponibles por centros y etapas”.
Ante la perspectiva de compatibilizar la enseñanza presencial y a distancia, el sindicato considera que “la Ciudad debe garantizar la conectividad universal y gratuita que facilite un acceso efectivo y fluido de toda la población escolar a la enseñanza telemática”.
Para terminar, la central estima que las administraciones públicas, la Ciudad y el MEFP, deben poner en marcha, además del sistema de becas ya consolidado (incluido el banco de libros), un sistema específico de ayudas y becas “que permita al alumnado que lo precise adquirir material para seguir con éxito el desarrollo del proceso educativo en contextos virtuales y en línea”. En esa línea recomienda implementar un sistema similar al del Banco de Libros con herramientas tecnológicas, tabletas y ordenadores, que garantice que “ningún alumno quede excluido de la enseñanza telemática por falta de recursos”.
Jornada lectiva de mañana y tarde para lidiar con la COVID-19
Si la pandemia del coronavirus persiste, aunque no se agudice, la jornada escolar en Infantil, Primaria y Secundaria se debería reducir a cuatro horas lectiva diarias, con lo que los centros tendrían que establecer “un horario de apertura continuado en dos tramos de 4 horas con una interrupción de una hora para labores de limpieza”, extendiendo su actividad a las tardes pese a la complicación que traería para la conciliación laboral y familiar.
En ese marco, los centros deberían elaborar un currículo básico “flexible”, prevé CCOO, “descargado de contenidos” y “que permita profundizar en la consecución de las competencias, destrezas y habilidades esenciales”, en suma “más competencial que enciclopédico, permitiendo la organización de los aprendizajes en núcleos de ámbitos de conocimiento más amplios que las asignaturas o materias”.
Si no se abre la frontera con marruecos..la ratio solucionada