Este lunes han dado inicio las XXVIII Jornadas de Historia de Ceuta, que en esta edición están dedicadas al asentamiento protohistórico de Ceuta en el vigésimo aniversario de su descubrimiento. Un descubrimiento que sirvió para situar a la ciudad en el siglo VIII a.C.
Fernando Villada, arqueólogo y miembro del Instituto de Estudios Ceutíes, ha sido el encargado de abrir las ponencias con una charla titulada ‘Una historia desvelada hace 20 años. Los secretos que escondía la plaza de la Catedral de Ceuta’, acompañado por Joan Ramón Torres, de la Universidad de Barcelona, y José Suarez Padilla, de la Universidad de Málaga.
En primer lugar, Villada ha querido señalar que “nuestra intención al convocar estas jornadas era valorar qué habíamos hecho bien, qué teníamos que rectificar…” sobre la investigación realizada hace ahora 20 años.

El inicio de la investigación
Tal y como ha recordado Villada, “cuando en 2004 se encontró el yacimiento de la catedral, teníamos poca esperanzas de encontrar algo de ese periodo. Había una parte de sentido común, es decir, si habían estado en Cádiz, era difícil no pensar que habían pasado por Ceuta”.
Y así fue. Conforme se estaba realizando la excavación, “aparece un pedazo de fragmento, un trípode fenicio, y aparece todo lo que han conocido. Es decir, que el descubrimiento del yacimiento de la catedral tuvo una parte importante el azar, pero no fue una casualidad. No fue una casualidad porque son muchas las intervenciones arqueológicas realizadas en Ceuta. Y si se hacen muchas intervenciones hay muchas posibilidades” de encontrar restos de otros periodos.
Por otro lado, el arqueólogo municipal ha querido poner en valor que “los niveles protohistóricos están a unos 75cm de la cota del terreno de ese momento” lo que muestra que “ha habido un proceso de transformación de la topografía urbana a lo largo de los siglos.
A día de hoy, ese descubrimiento ha hecho que “ese espacio sea una auténtica joya para nosotros porque es un resumen de la historia de Ceuta en 75 centímetros”. En definitiva, “es un yacimiento que habla de nuestra historia, nuestra identidad y de nosotros”, ha concluido Villada su intervención.

El turno de José Suárez
José Suárez, quien también formó parte de esa investigación hace dos décadas, ha tomado el relevo a Fernando Villada para recordar que “fue una gran sorpresa” el descubrimiento que llevaron a cabo en ese momento.
Además, ha contado que ese descubrimiento sucedió durante la excavación previa a la construcción de una rampa de acceso para personas con movilidad reducida a la Catedral y, aunque no tenían seguro que pudiera hacer restos de época fenicia, “la ubicación del sitio resultaba un lugar de partida idóneo para un asentamiento de esa época”, ha asegurado Suárez.
¿Cómo fue la investigación?
Para el profesor de la Universidad de Málaga, esta actuación “fue estatigráficamente compleja, donde tuvimos que ir, casi de forma quirúrgica, quitando los restos de otras épocas para quedarnos con lo que quedaba del periodo fenicio arcaico”.
Asimismo, ha contado que los trabajos de campo duraron en torno a tres meses y contó con el apoyo de numerosos voluntarios de la ciudad interesados en su patrimonio.
Entre esos restos localizados se encontraban una fosa con restos de cerámica de época Moderna y también islámica, así como canalizaciones de hormigón, lo que pone de manifiesto el paso de diferentes civilizaciones por Ceuta y “nos permitió hacer una secuencia” de la historia y del paso del tiempo en la ciudad.
Por otro lado, Suárez ha puesto de manifiesto cómo sería la topografía de ese asentamiento fenicio que, “por la propia configuración de este espacio, tendría una caída hacia las dos orillas”, tal y como han mostrado en una fotografía que mostraba cómo sería ese asentamiento fenicio.
Un último lugar, ha querido destacar “un aspecto que resultó interesante y tiene que ver con el hallazgo de muchos restos faunístico, destinados a la obtención de marfil o pieles, que podían justificar el interés del sitio de Ceuta para los fenicios”.
Las conclusiones de esta investigación
En último lugar, Joan Ramón Torres, de la Universidad de Barcelona, ha recordado cuando recibió la llamada de Fernando Villada “para ver si tenia interés en colaborar en el estudio del asentamiento”. Algo que aceptó sin dudarlo. “A mí me hizo mucha ilusión participar en esto. Era un misterio interesante de abordar”, ha asegurado.
Sobre el proceso de investigación, ha detallado que “primero se analiza la información, luego se plantean hipótesis y acto seguido se contrastan con un método un poco científico” y su parte fue “la de estudio de materiales y, conjúntate, sacar conclusiones”.
Entre ellas, “nos permitimos el lujo de hacer una clasificación morfo geométricas de cerámicas” que pusieron de manifiesto que eran “típicos de época fenicia”. De hecho, “en el caso de Ceuta, nos dábamos cuenta que el porcentaje de cerámica era muy superior a otra yacimiento".
“Aquí observamos una unidad muy clara que los análisis dijeron que era compatibles” con ese periodo. “Había una base autóctona muy importante y consideramos que había un impacto fenicio muy importante”, ha concluido Joan Ramón Torres.
Con todo ello, se ha hecho un repaso de esa investigación llevada a cabo hace dos décadas y que puso a Ceuta en el mapa en el siglo XVIII a.C.






