El Sábado de Pasión ha sido, un año más, una jornada de especial relevancia para los devotos malagueños, ya que ha tenido lugar el tradicional traslado de Nuestro Padre Jesús Cautivo, una de las imágenes más veneradas de la Semana Santa de Málaga.
En esta ocasión, como ya es costumbre, el Cautivo ha estado acompañado por el Grupo de Regulares número 54 de Ceuta, cuya presencia aporta solemnidad y emoción a este traslado tan esperado.
Este acto, profundamente arraigado en el sentimiento popular, marca el inicio espiritual de las celebraciones de la Semana Mayor.
Medalla para los Regulares de Ceuta y Melilla
Antes del traslado, como manda la tradición, se celebró la Misa del Alba. Esta eucaristía, profundamente emotiva, se ha convertido en una cita imprescindible para los hermanos y devotos del Cautivo.
Durante la ceremonia, el hermano mayor de la cofradía tuvo un gesto muy especial, ya que impuso la medalla de la Corporación a los militares del Grupo de Regulares, no solo a los de Ceuta, sino también a los representantes llegados desde la ciudad hermana de Melilla.
Este acto simboliza el vínculo histórico y fraternal entre la cofradía malagueña y las fuerzas armadas españolas.
Los Regulares acogieron con emoción este reconocimiento, que representa la admiración y respeto mutuo entre la Hermandad del Cautivo y los cuerpos militares.
Los Regulares formaron parte del traslado
Para ellos, formar parte de este traslado no es simplemente una tradición más, sino un honor profundamente sentido, una oportunidad de rendir homenaje al Cautivo y de estrechar aún más los lazos que los unen a la ciudad de Málaga.
Sin embargo, este año la meteorología no ha acompañado como en otras ocasiones. La amenaza constante de lluvia obligó a reducir considerablemente el recorrido previsto.
Así, en apenas treinta minutos, la sagrada imagen fue trasladada desde su templo hasta su Casa Hermandad.
Pese a lo breve del trayecto, los fieles se agolparon a lo largo del recorrido para mostrar su cariño, devoción y respeto, incluso bajo los paraguas. Muchos no quisieron perderse este momento tan especial, aunque fuera bajo una persistente llovizna.
Un compromiso inquebrantable a pesar de la lluvia
A pesar de la lluvia, los miembros del Grupo de Regulares mostraron un compromiso inquebrantable. Vestidos con sus característicos uniformes y marchando con paso firme, acompañaron al Cristo del Cautivo en cada momento del trayecto.
Su porte, su disciplina y su respeto hacia la imagen contribuyeron a engrandecer aún más el traslado, que, aunque más breve que en años anteriores, no perdió ni un ápice de solemnidad ni de fervor.
El Cautivo es una de las devociones más queridas de Málaga. Su imagen despierta una emoción especial entre los malagueños, que lo consideran símbolo de consuelo, esperanza y cercanía. Por eso, incluso con un clima adverso, los fieles no dudaron en salir a la calle, muchos de ellos lanzando miles de claveles a su paso, tiñendo el suelo de rojo y mostrando así su amor incondicional al Señor de Málaga.
Los Regulares mantienen viva la tradición
Por su parte, los actuales componentes del Grupo de Regulares no solo mantienen viva esta tradición de acompañamiento, sino que también representan a una unidad militar con un fuerte compromiso con los valores del honor, la disciplina y la entrega.
Su participación en actos como este se complementa con un riguroso entrenamiento diario, con el objetivo de estar siempre preparados para los desafíos del combate moderno. Su espíritu de sacrificio, su disposición a estar en primera línea cuando la situación lo exige y su actitud abnegada los convierten en un ejemplo de dedicación.
Así, el traslado del Cautivo de Málaga de este año, aunque breve por las inclemencias del tiempo, ha vuelto a ser una manifestación de fe, tradición y unión entre el pueblo, la Hermandad y el Ejército. Una muestra viva de que, frente a la adversidad, la devoción permanece firme.
Viva por los Regulares y su procesión Del Cautivo