La Feria de Ceuta no son solamente sus casetas, sus luces, sus farolillos, sus atracciones, sus puestos de comida y su alegría. La Feria se compone de las personas que le dan vida y uno de los inconfundibles de las Fiestas Patronales es Reduan Ben Zakour, el fotógrafo de El Faro de Ceuta, que cada noche se patea el recinto ferial y las casetas buscando documentar la historia social de la ciudad.
Pequeño de estatura, aunque difícil de seguirlo con la proverbial energía que le precede, Reduan Ben Zakour es todo un grande de la Feria de Ceuta, una de esas personas que se sabe todos los secretos y que sabe sacarle una sonrisa a las familias y grupos de amigos que cenan por allí.
Incombustible e inconfundible con su camiseta feriante de El Faro y su cámara Nikon colgada, este fotógrafo hace cada noche alrededor de un centenar de instantáneas de los caballas que se prestan para guardar en el archivo histórico de la Feria sus imágenes. Poco a poco, sin prisa pero sin pausa y la fuerza de un juvenil, va buscando las mejores imágenes y rellenar un archivo que, a fin de cuentas, es el de la historia de los caballas.
Con su natural simpatía, va apuntando después de la foto en su libreta roja los nombres de los grupos que va ‘cazando’ con su objetivo. Esos ojos, que a veces se esconden bajo sus gafas coloradas, son una parte importante de la memoria de Ceuta como conocedor que es de miles de historias locales y que ha visto crecer a tantos ceutíes.
Sin duda alguna, la Feria de Ceuta sería mucho menos sin las páginas de ‘Sociedad caballa’ que a diario saca adelante el pequeño pero grande Reduan Ben Zakour despachando sonrisas y saludos al grito de amigo, habibi. Fuerza y shukran.