La compañía Zum-Zum Teatre estrenará este sábado en el Teatro Auditorio del Revellín de Ceuta, a las 19:00 horas, ‘Soy una nuez’. Un espectáculo familiar dirigido a niños a partir de cinco años. Su director, Ramón Molins, nos cuenta más detalles sobre esta historia.
’Soy una nuez’ es un cuento de Beatriz Osés. ¿Qué le llevó a querer representarlo con su compañía?
Este cuento cayó en mis manos cuando me lo regaló una amiga para mi cumpleaños y leyéndolo me imaginaba escenas. Una cosa que pasa muy pocas veces. Leía y cada página que pasaba me imagina las escenas y una manera de explicar la historia. Me emocionó tanto el libro que pensé que valía la pena dedicarle una obra de teatro. Esa fue la excusa o la chispa que nos llevó a meternos de lleno en hacer una versión de teatro, que es la que estamos representando ahora.
"Creo que el teatro tiene una cosa mágica y es que todas las funciones son diferentes"
¿Sobre qué trata la historia?
Es la historia de un niño o una niña porque se da la circunstancia de que la historia original es la historia de Omar, un niño refugiado que viene de un país donde hay guerra y escapa buscando una oportunidad. Sin embargo, nuestra compañía hace una versión del niño que se llama Omar y de la niña que se llama Salima porque realmente el drama de la inmigración, de los deportados, no tiene género. Entonces, hay funciones en las que se convierte en la historia de Salima y otras en la historia de Omar. Pero al final es la historia de un niño que llega a una ciudad europea buscando esperanza y una oportunidad.
Pasa una serie de cosas y cuando lo quieren extraditar a su país de origen una abogada defensora alega que no pueden deportarlo porque es una nuez, no un niño. El argumento es que cayó del nogal que estaba en su jardín y según una ley antigua todos los frutos que caen en una propiedad privada son propiedad del amo de esa finca. Ese argumento tan rocambolesco acaba siendo una aventura muy divertida, emocionante y emotiva sobre el drama y la esperanza de los refugiados.
"Me emocionó tanto el libro que pensé que valía la pena dedicarle una obra de teatro. Esa fue la excusa"
Esta es una obra dirigida a los más pequeños, ¿qué valores pretende transmitir?
A nosotros nos gusta hablar de todos los públicos porque los niños nunca van solos al teatro. Van con los padres o los profesores, entonces queremos que todos disfruten del espectáculo. Tampoco queremos difundir un mensaje muy claro, pretendemos abrir una puerta a la libertad, la emoción y a entender que muchas veces los refugiados que vienen huyendo de problemas, ellos no son un problema, sino una oportunidad. Son gente que viene de fuera y puede aportarnos muchas cosas y mucha luz a nuestras vidas. Ese es el mensaje de ‘Soy una nuez’.
Esta obra ha sido nominada a varios premios e incluso ha recibido alguno de ellos.
Sí. Estrenamos el espectáculo de una feria internacional en Gijón y recibió el premio a la Mejor Dirección. También hubo otro que nos hizo mucha ilusión a la Mejor Interpretación Coral, es decir, al conjunto de los actores. Estos premios normalmente se dan de forma individual pero el jurado pensó que el premio lo merecía el conjunto de intérpretes y así fue.
"Muchas veces los refugiados que vienen huyendo de problemas no son un problema, sino una oportunidad"
Usted es el director de la compañía Zum-Zum Teatre. ¿Cómo nació?
La compañía hará 30 años, en 2024, que nos dedicamos a hacer espectáculos para público familiar. Nosotros teníamos una escuela de teatro, unos cuantos amigos y decidimos empezar a explicar historias. Nosotros somos de Lleida y empezamos a hacer historias cerquita y al cabo de unos cuantos años ya nos habíamos comprado una furgoneta y lo que queríamos era contribuir a que los niños puedan ver teatro de calidad, que les haga viajar a otros lugares, imaginar, y que les haga pensar sobre todo. A nosotros nos gusta decir que hacemos espectáculos que plantean más preguntas que respuestas.Y ahí estamos después de 29 años con ganas de seguir muchos más.
¿Cómo se podría fomentar el teatro entre el público más joven?
Alimentando las programaciones. Yo por ejemplo no vi teatro hasta los 16 años porque en el barrio donde vivía no había teatros. Entonces yo creo que si hay espectáculos de calidad que los niños puedan ver muy a menudo, se acostumbrarán a ir al teatro y lo tendrán en su imaginario como un recurso más. Es importante que haya programaciones y que haya muy muy buenos espectáculos para que los niños se emocionen y quieran repetir.
"Queríamos contribuir a que los niños vieran teatro que les haga viajar a otros lugares y pensar"
¿Por qué los ceutíes no deberían perderse esta obra?
Yo creo que el teatro tiene una cosa mágica y es que todas las funciones son diferentes. Son cinco personas más un técnico que hacen la función en directo, que siempre puede ser diferente, y creo que es una hora de mucha emoción y diversión que solo pasará esa vez. Es una magnífica excusa para salir de casa acompañado y para ir a pasar muy buen rato y después salir, seguramente hablando del espectáculo, y seguir pasando un buen rato. Nosotros estamos muy contentos de ir a Ceuta y nos gusta mucho tener que hacer tantísimos kilómetros para llevar nuestras obras de teatro a gente que está tan lejos pero que gracias a una obra nos encontramos tan cerca.