La Guardia Civil mantiene controles, más o menos visibles, en distintos puntos del litoral, pero ¿se sabe vigilada? Las pequeñas redes de tráfico varían sus métodos casi al momento, en una particular 'adaptación' a las respuestas policiales o judiciales que reciben.
Los controles que, en materia de seguridad, lleva a cabo la Guardia Civil soportan otros contrarios: los desarrollados por aquellos que ejercen una contravigilancia. Es así. Hay un seguimiento constante a los movimientos realizados por los agentes desde su misma base, en pleno puerto deportivo, hasta su posterior recorrido. Ha llegado el punto de que se han producido desembarcos de pateras justo cuando las patrullas terrestres habían cambiado de ruta, impidiéndose, por ejemplo, el arresto del patrón o la localización de la patera que lograron escapar.
A esa contravigilancia se añaden las particulares 'adaptaciones' según las respuestas policiales y judiciales que se estén dando. Así, tras las continuadas aprehensiones de pateras matriculadas en Ceuta que eran usadas para el tráfico de personas, las microrredes echaron mano de embarcaciones matriculadas en Marruecos. En los últimos casos han procedido a intentar borrar la matrícula para no dejar rastro, a sabiendas de que los canales de intercambio de información entre las fuerzas españolas y las marroquíes son continuados. Evitan así que gracias a la información facilitada por la Guardia Civil pueda haber una posterior actuación marroquí contra los dueños de esas embarcaciones, muchas de ellas en muy mal estado y reutilizadas para varios pases, lo que no hace sino incrementar el riesgo al que se enfrentan los inmigrantes.
Los últimos patrones detenidos eran magrebíes. Buena parte está en prisión preventiva a la espera de juicio y se enfrenta a penas de prisión importantes, al haber dejado a los inmigrantes abandonados en el mar. Curiosamente, después de conocerse las penas de hasta 7 años de prisión solicitadas inicialmente por la Fiscalía, los últimos desembarcos han sido encabezados por subsaharianos. Es decir, las pequeñas redes cuentan con la connivencia de uno de los inmigrantes para que pilote la embarcación sin participación alguna de terceras personas. Los subsaharianos detenidos quedaron en libertad tras ser condenados a penas menores o haber quedado absueltos.
Los pasos que pretendan dar por delante unos quedan sin efecto en cuestión de tiempo. Cada vez menos tiempo.