Las 'puntadas' de la Semana Santa

César Gómez es uno de los pocos maestros bordadores de la ciudad, experto en la técnica del realce, profundiza en uno de los oficios más característicos de estas fechas

Dentro de unos días las imágenes lucirán pletóricas por nuestras calles, es el culmen de meses, e incluso años de puntadas que salen de las manos que tejen parte de nuestra semana santa. Esas manos, que afanadas en la pasión que les mueve, conforman uno de los oficios más antiguos y en proceso de extinción: el del maestro bordador.

César Gómez es uno de los pocos que configura este pequeño gremio quien, pese a su joven apariencia, guarda tras de sí dos décadas de experiencia. “Soy de Cádiz pero siempre he vivido en Granada, y cuando regresaba en período de vacaciones algunos amigos que tenían un taller me pedían ayuda, así que en una ocasión, ya en Granada, decidí atreverme en solitario, pero después de varios intentos me vine abajo hasta que decidí darme una última oportunidad y, desde esa, ya no he soltado la aguja”, explicaba.

Gracias a esa perseverancia, este gaditano asentado en Ceuta desde hace 6 años ha tenido la oportunidad de elaborar verdaderas joyas cofrades, como la restauración del manto de la Virgen de África, su primer trabajo desempeñado en Ceuta y gracias al cual le llovieron los encargos, ya que Gómez se emerge como uno de los pocos de la ciudad que se desenvuelve en el arte del bordado en realce.

“Aquí en Ceuta ha abundado más el recorte, porque la mayoría de los trabajos que se han encargado han sido en esa técnica ya que, además de ser más asequible económicamente, la mayoría de los bordadores no trabajaban el realce ”, ha explicado.

Ésta última destaca por ser una técnica más laboriosa y complicada. “Son trabajos muy costosos porque con doble hilo de oro se va apuntando con hilo que se llama trozado, y progresivamente se cubre toda la pieza, así que en función de su naturaleza y dimensiones el trabajo se puede extender a lo largo de muchas horas”, manifiesta.

Un trabajo artesanal donde las únicas herramientas son el talento y sus manos, y en el que las suyas han dejado clara muestra que valen millones, ya que además del manto de la Virgen de África

También ha tenido la oportunidad de bordar el bacalao de la Hermandad del Rocío, próximamente se sumergirá en la costura del nuevo palio de la Pollinica, y, sobre todo, Gómez destaca su obra con mayor sentimiento: el palio de la Virgen de la Caridad, que después de cuatro años de trabajo, al fin se estrenará el próximo miércoles.

“Nosotros nos consideramos bordadores cuando elaboramos un manto de calle, un sinpecado o un palio, y este es el primero que hago, por lo que puedo decir que ya he cumplido algunos de mis sueños”, confiesa.

La Caridad saldrá a la calle, para gozo y pasión de sus fieles, con el palio totalmente finalizado, después de procesionar el pasado año con las tres bambalinas, las dos laterales y la frontal a espera de la trasera que estrena esta Semana Santa.

“Es un palio bastante característico, está realizado en terciopelo morado e hilo de oro y, una vez que hemos visto el trabajo finalizado, la conjunción del diseño con las técnicas empleadas, observamos un palio que parece que lleva muchos años hecho, es decir, que es de siglos anteriores.

Nosotros hemos quedado muy contentos y creo que la cofradía también”, ha señalado.

Gómez manifiesta que es una satisfacción haber realizado esta auténtica obra de arte, sin embargo no oculta la tristeza que le embriaga tener que despedirse de él. “Yo siempre digo que para todo maestro artesano cada pieza que hace es como un hijo suyo, y cuando abandona el taller te invade una gran pena.

De hecho cuando admiramos nuestros trabajos en la calle más de una lágrima se nos cae”, admite. Pese a ello, no hay mejor recompensa cuando tanto trabajo sale del taller para vestir literalmente a nuestra Semana Santa. Vea el vídeo en www.elfarodeceuta.es

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