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Autoridad Portuaria ha impermeabilizado con anterioridad este recodo junto al mar, pero los inmigrantes siempre logran colarse
Técnicos de la Autoridad Portuaria revisaron ayer el acceso a las escolleras del Muelle de Poniente, en la confluencia de muro perimetral de las explanadas de Poniente con los bloques del rompeolas, en las inmediaciones de la torre de vigilancia de la Policía Portuaria. Un recodo que el ente estatal ha impermeabilizado en multitud de ocasiones con anterioridad y, por el cual, los inmigrantes siempre encuentran la forma de colarse. Un aislamiento que el ente estatal planifica para contrarrestar el acoso al que sus instalaciones se ven sometidas por esa presión migratoria.
El equipo del Puerto inspeccionó ayer la última protección instalada, una combinación de vallado y alambrada, que los indocumentados suelen quebrantar con herramientas como alicantes que les permiten cortar y doblar las defensas que obstaculizan su paso a las escolleras.
La evaluación de ayer responde a la intención de la Autoridad Portuaria de blindar definitivamente este recoveco. Sin embargo, como explicaron a este periódico, aún queda por concretar cuál es el mejor sistema para bloquear el camino que usan estos extranjeros en situación irregular para esconderse en las bateas de los camiones o abordar los buques que atracan en Poniente con la Península como destino.
El refuerzo de las medidas disuasorias en este flanco no es extraordinario, ya que la Autoridad Portuaria intensifica la seguridad en el recinto tanto de forma preventiva como en función de las fisuras que surgen en las defensas de sus instalaciones.
No obstante, cuerpos de seguridad como la Guardia Civil continúan realizando batidas periódicas por la zona. Una de las intervenciones que trascendieron por la cifra elevada de inmigrantes interceptados, 39, tuvo lugar a finales de octubre. En aquel operativo, agentes del GRS de la Benemérita, en colaboración con el Geas, localizaron al grupo en las escolleras de Poniente y en los alrededores de la Casa del Mar. Desde entonces, esos rastreos son habituales en el Puerto.
Que aquí en Ceuta no hace falta ni alambradas, ni rejas, ni puertas, solo hace falta alguien que se moje el culo, y diga de una ves y en vos alta asta aquí hemos llegado, y se acaba toda la mierda que hay en este pueblo