La pasarela de Miramar está a una semana, aproximadamente, de aperturarse al público. Es el tiempo en que se prevé que se lleven a cabo los últimos preparativos de esta infraestructura que permitirá el tránsito de los peatones hasta el paseo marítimo o bien a la playa.
Pero antes de ello es necesario realizar la prueba de cargo, un trámite necesario antes de que el Laboratorio de Control de Calidad de el visto bueno para permitir el paso de los viandantes con todas las garantías de seguridad.
Esta prueba consistirá en llevar a la estructura hasta la sobrecarga para la que ha sido calculada. Para ello se irán colocando cargas de 300 kilos por cada metro cuadrado para comprobar si no se produce un movimiento de la estructura más allá de los límites de seguridad previstos.
Las cargas se van colocando de manera progresiva hasta comprobar que la pasarela tiene capacidad para soportar un peso excesivo sin poner en riesgo la seguridad de las personas que la transiten.
Es la prueba necesaria para que el Laboratorio de Control de Calidad otorgue el certificado, ya que será esta entidad la encargada de supervisar estas pruebas que desarrollarán los técnicos de la Consejería de Fomento.
La iluminación será tipo LED al igual que en el resto de las barriadas
La próxima semana se llevará a cabo esta prueba con la que se ultima una actuación que dio comienzo en febrero, a altas horas de la madrugada, con el propósito de interferir lo menos posible en el constante tráfico rodado que transcurre por la zona.
Actualmente los trabajos continúan con la colocación de la tarima que está elaborada en resina antideslizante, una elección que responde a su durabilidad ante los fuertes vientos de levante que combaten la zona y la humedad existente.
Una vez concluya la colocación del suelo, únicamente quedará pendiente la instalación de la iluminación, tipo LED, tal y como se están colocando en las barriadas, a fin de lograr un mayor ahorro energético.
La pasarela tiene una longitud de 40 metros y se eleva cinco metros y medio sobre la carretera. De corte moderno, realiza un giro para completar su trayectoria hasta la playa y el paseo marítimo.
Con la finalización de esta ingente obra, se da respuesta a una demanda ciudadana por la seguridad de los peatones, después de que la zona haya sido escenario de numerosos accidentes.