El vecino de Ceuta detenido por la Guardia Civil con 230 kilos de hachís ocultos en distintas partes del vehículo que conducía, y con el que cruzó el paso del Tarajal, ha ingresado este martes en prisión.
Así lo ha ordenado la autoridad judicial después de que fuera conducido por la Benemérita al Palacio de Justicia tras su arresto por la comisión de un delito contra la salud pública. La pericia de un componente del Instituto Armado dio al traste con el pase pretendido por este varón, de 68 años, convertido en cabeza de turco para los narcos.
En el salpicadero, en el suelo interior, los bajos del coche, los laterales, las defensas… No había hueco que se salvara para ocultar hachís. Nada menos que 230 kilos repartidos en su coche modelo Nissan-Qashqai.
Un pase curioso y la pericia del agente
Había bloques que estaban envueltos en paquetes de Crispello. Pequeños paquetes que en vez de contener ese delicioso barquillo crujiente de Cadbury tenían droga, hachís. Una forma de intentar colar la mercancía que no ha terminado por tener el éxito pretendido.
Ahora la autoridad judicial ordena su ingreso en prisión preventiva a la espera de juicio por la comisión de un delito contra la salud pública en su modalidad de notoria importancia. Permanecerá entre rejas, en la cárcel de Mendizábal, hasta que se dicte juicio oral en el que se enfrentará a penas de hasta 4 años de prisión.
La intervención que le ha llevado a ser privado de libertad se produjo a las 8:15 horas de este lunes, cuando componentes de la 1ª Compañía Fiscal y de Fronteras de la Comandancia de la Guardia Civil de Ceuta detectaban la sustancia en plena frontera del Tarajal.
En concreto fue el guardia civil que se encontraba controlando el carril de acceso, al proceder al reconocimiento del vehículo. Le llamó la atención la actitud sospechosa, la conducta y nerviosismo de su conductor y único ocupante.