El ambiente se caldeaba durante las últimas semanas en Príncipe Felipe. Los vecinos manifestaban por activa y por pasiva su descontento por
haber sido excluidos de los barrios que lucen las luminarias de Ramadán e, incluso, la presidenta de la barriada, Hannan Mustafa, comunicaba que podría haber represalias. Estas ya han llegado y el primer lugar en padecerlo ha sido uno de los locales de la asociación de vecinos que hace unos días amanecía ‘decorado’ con pintadas.
Mustafa lo define como el resultado del enfado que sobrecoge a todo el vecindario. La propia presidenta manifiesta su desistimiento después de haber trasladado las quejas tanto a las diferentes áreas de la Ciudad como a la propia Federación de Vecinos. “Por mí lo pueden quemar, yo ya no puedo hacer nada, pero soy a la que siguen avasallando cada vez que salgo de casa”, confiesa.
Aunque después de días de tensión la calma parecía haber recobrado el protagonismo, no es el clima que recorre el barrio, donde en pleno Ramadán padecen “más que nunca” la ausencia del alumbrado. “Es la primera vez que nos excluyen, esto no había ocurrido antes”, señala Mustafa. Si bien la Ciudad comunicó que la barriada no estaba incluida en el pliego del contrato y, que cada año, las luminarias se reparten entre los diferentes barrios, Mustafa lo niega y alega que las luces se han lucido “siempre” en las mismas barriadas.
Pese a que Mustafa renuncia a “una lucha perdida”, sigue poniendo voz a unas reivindicaciones que considera justas. “No respaldo las acciones que se han desencadenado pero, tampoco que ni se haya decorado una sola calle. Los niños salen por la noche y está toda la barriada en penumbra, no es justo, pero como siempre, somos los olvidados de la Ciudad, lo que ocurre en Príncipe Felipe a nadie la interesa”, declara.
En este sentido, Mustafa recupera sus interminables denuncias sobre el estado de desidia que acaece sobre el barrio. La falta de operarios de Trace, señala, hace florecer calles “sucias, repletas de basura y parques entre escombros y matorrales”.