Casi una veintena de magrebíes consiguió entrar a Ceuta a nado bordeando el espigón del Tarajal en solo horas. Todos de la misma manera, sumándose a los que ya lo hicieron el martes: con neopreno y evitando el control en las playas. Además, una pareja de subsaharianos llegó por sus propios medios al CETI, lo que apunta a que su entrada se produjo sorteando el vallado de Benzú.
La presión es más que evidente, algo que se traduce también en la ocupación registrada en la nave del Tarajal, en donde todos los inmigrantes que llegan a Ceuta deben pasar la cuarentena. La cifra de ocupación de estas instalaciones ronda los 60 y, según el ritmo de entradas por mar que se está produciendo, se teme que en nada alcance el centenar.
El cierre de la frontera y la imposibilidad de llevar a cabo expulsiones de marroquíes a su país de origen está conduciendo a otra problemática: la ausencia de un lugar para acoger a estas personas una vez terminen la cuarentena, ya que en el CETI están entrando solo determinados inmigrantes, entre ellos los peticionarios de asilo político y, siempre, los subsaharianos. Tras cerrarse el pabellón de La Libertad y destinarse la nave del Tarajal únicamente para el cumplimiento de la cuarentena, estas personas que pasan los días decretados por Sanidad terminan en la calle, sin que haya alternativas para disponer de un albergue.
Esto, si la presión de entradas no es constante, no tiene una visibilidad concreta. Pero si llegan momentos como los que ahora se están repitiendo, el panorama es bien distinto.
Al goteo constante de personas se suma la temeridad que marca estos accesos a Ceuta, ya que quienes deciden dejar atrás su país y arrojarse al agua para bordear los espigones lo hace jugándose la vida. Las entradas constan en los registros oficiales pero no el grueso de desaparecidos. Algunos casos están denunciados pero otros, en cambio, solo aparecen en algunas crónicas de medios de comunicación pero no en denuncias oficiales ante las fuerzas de seguridad. No se activa por tanto dispositivo de búsqueda al no haber esa denuncia oficial ni tampoco se dispone de familiares a este lado de la frontera que son vitales para poder obtener pruebas de ADN e identificar los cadáveres hallados como el encontrado la pasada madrugada.
En torno a las cuatro y media fue cuando la Guardia Civil halló el cuerpo de un varón magrebí, presumiblemente un joven que intentaba cruzar el espigón y que se encontraba en avanzado estado de descomposición. Ahora se busca a familiares de desaparecidos que no hayan tenido contacto con sus seres queridos desde hace al menos unas semanas. Lo complicado es conseguir que esas familias puedan venir a Ceuta para confirmar la identidad.
Mientras, a la desesperada, arrojándose al mar sin importarles el temporal, con el único objetivo de pasar a Ceuta y dejar atrás Marruecos, jóvenes marroquíes buscan el pase intentado bordear a nado los espigones en un constante goteo de entradas.
La Guardia Civil, a través de unidades del Servicio Marítimo y de Costas, no cesó este miércoles en recoger a inmigrantes del mar o del arenal, hasta donde habían llegado por sus propios medios. La mayor de las presiones se registró en el Tarajal.
Los que consiguieron cruzar eran todos jóvenes, de no más de 25 años que, enfundados en trajes de neopreno, lograban dejar atrás Marruecos. Las alertas de gente en el mar están constantes lo que ha llevado a salidas permanentes de la Benemérita. Se teme que la presión aumente en los próximos días.
devolucion en caliente.yaaa
Así es.
Pues qué si no??
Qué obligación tenemos de asumir a tanta gente? Podemos? Tenemos medios??
Mas gente a la sopa boba??
Faltan albergues...vaya vaya , como lo sabe usted que faltan albergues, mire usted si faltan que el alquiler medio para el españolito medio en Ceuta es de 750 e al mes.
Los montáis en los pesqueros que vienen aqui a faenar y de vuelta a su casita
Buena idea!