El presidente del Gobierno de Marruecos, Saadedín Otmani, ha enviado una circular a ministerios, secretarías de Estado y otras instituciones públicas para recordar que el francés no debe ser usado en los documentos oficiales, pues es "una violación de la ley".
Otmani, que reaviva así una vieja polémica, recuerda que las lenguas oficiales del país son el árabe y el amazigh (bereber), y en ellas debe redactarse todo documento, contrato o comunicado, según el texto de la circular distribuida ayer y que hoy recogen los medios marroquíes.
El jefe de Gobierno recuerda que la justicia de Marruecos ha emitido recientemente un edicto para declarar nulos los documentos redactados únicamente en francés y en consecuencia no admitió en 2017 como prueba los documentos aportados por un médico que litigaba con el ministerio de Sanidad.
En línea con la Justicia -recuerda Otmani- "los servicios públicos que editan documentos en lengua extranjera violan la ley, puesto que ni el francés, ni el inglés ni ninguna otra son lenguas oficiales del país".
En noviembre de 2017, el gubernamental Partido Justicia y Desarrollo (PJD, islamista) presentó una proposición de ley para imponer multas a las instituciones públicas y privadas que no utilicen el árabe en sus documentos o incluso su publicidad, pero el texto aún no ha sido debatido.
Numerosos ministerios utilizan documentación en francés, entre ellos todos los del área económica, incluida la industria y la energía, al igual que servicios como la diplomacia, la sanidad o los departamentos técnicos y científicos.
La defensa de la lengua árabe ha sido siempre una de las señas de identidad del PJD, cuestión en la que coinciden con sus enemigos ideológicos de la izquierda marxista, también arabista y contraria al uso del francés, aunque por razones distintas.