El precio de la carne roja en Marruecos se ha disparado tras años de una sequía que afecta a los ganaderos del país, que se quejan de estar asfixiados ante el incremento del coste de pienso y la escasez de pasto y agua.
En los últimos meses, su precio ha aumentado y se sitúa ahora en 95 dirhams el kilo (8,7 euros) para la bovina y en un nivel récord de 120 dirhams (11 euros) para la ovina, según los precios mayoristas de Casablanca, frente a los 76 dirhams (7 euros) para carne bovina y 89 dirhams (8,1 euros) para la ovina de hace cinco meses.
La carne de oveja es la que acumula el mayor incremento, lo que coincide con el acercamiento de la fiesta musulmana del sacrificio 'Aid al-Adha', conocida como fiesta del cordero, prevista en junio próximo, una de las citas más importantes del calendario musulmán.
Ante esta situación, el Gobierno marroquí anunció que autorizará la importación de 600.000 cabezas ovinas -muchas de ellas de España- para satisfacer la demanda durante la fiesta, y acompañó la medida con una subvención de 500 dirhams (46 euros) por cada cabeza, así como de la exención arancelaria a favor de los importadores.
Sin hierba en los prados
Ganaderos y profesionales del sector coinciden en señalar a la sequía como la principal razón que golpea con fuerza la actividad pecuaria en un país donde la agricultura supone el 12 % del PIB nacional.
Ibrahim Abderrahman, ganadero de la localidad sureña de Zagora que sufre un gran estrés hídrico, lamenta que la falta de lluvias les ha dejado sin pasto para sus corderos y el pienso les cuesta el doble que hace dos años.
"Vivimos una situación difícil, hay mucha menos agua que hace dos años. Ahora compramos el 90 % del alimento del ganado y nos cuesta encontrar prados con hierba", cuenta a EFE desde uno de los expositores del Salón Internacional de Agricultura de Marruecos (SIAM), que se celebra esta semana en la ciudad de Meknés (centro).
Abderrahman, que tiene unas 100 cabezas, lamenta la escasez del ganado y afirma que en los últimos dos años ha centrado sus esfuerzos en recuperar y conservar la raza ovina de su zona.
Otro ganadero, Said Ait Zaid, de la zona de Al Hayeb (a unos 200 kilómetros al este de Rabat), explica a EFE que este año venderá 42 cabezas para la fiesta del cordero, frente a las 125 que vendió el año pasado.
El ganado ovino nacional cae un 8 %
Marruecos sufrió un otoño muy seco y las fuertes lluvias que se registraron en abril no consiguieron paliar la sequía que sufre desde hace seis años, una situación que ha llevado a sus embalses a estar tan solo en el 32 % de su capacidad en abril.
El presidente de la Asociación Nacional Ovina y Caprina (ANOC), Achraf Mejdoubi, indica que el ganadero se ha visto afectado por una sucesión de factores, desde la crisis sanitaria del covid, los sucesivos años de sequía y la guerra en Ucrania, que han subido el precio de pienso importado.
"El ganadero casi no gana, el precio del pienso se ha duplicado y el coste del transporte también por la subida del precio de carburante", apunta el presidente de este organismo que agrupa a 16.000 ganaderos que poseen 4,5 millones de cabezas ovinas, lo que representan el 20 % del ganado ovino nacional.
Mejdoubi señala que el número de ovejas ha sufrido una caída del 8 % en comparación con 2022 y cree que la medida tomada por el Ministerio de Agricultura marroquí hace dos años de subvencionar el pienso a los ganaderos ayudó a mejorar la reproducción del rebaño nacional.
El censo ovino se sitúa en 20 millones de cabezas, de las que 6 millones de ellas (especialmente machos) se sacrifican cada año en la fiesta del cordero, 7 millones (de mayoría hembras) se destinan a los mataderos del país y el resto se preserva para la reproducción.