El ceutí Francisco Enrique León presentó su libro en la Biblioteca
“Mi poemario es ecléctico, me gustan muchos tipos de poesía, he intentado extraer algo de cada uno de esos tipos. Reflejo lo que me gusta y lo que me disgusta, he intentado ser duro, cuando la ocasión lo requería, y tierno a la vez”. De esta manera se presenta Francisco Enrique León, poeta ceutí, quien presentó anoche en la Biblioteca Pública del Estado ‘Adolfo Suárez’ su primer libro, titulado ‘Poema de la duda’.
“Eso mismo”, explicó el autor para el decano, “la dureza y la ternura, se refleja en mi relación con Ceuta, mi ciudad, porque, por un lado, no he dejado de criticar muchas de sus costumbres, posturas, su conservadurismo pero, por otro lado, es el sitio donde he vivido y donde quiero seguir viviendo”. “Esta actitud la tomé del cantante francobelga Jacques Brel, que era capaz de criticar duramente y sin ningún tipo de consideración a su patria de origen y, por otra, parte le hacía declaraciones de amor”, destacó.
Respecto a la duda que ‘cuelga’ del título, Enrique León señaló que “la duda es que aunque yo escribo poesía desde los quince años, nunca lo hice de una manera muy constante y en un montón de años había escrito un manojo de poemas, no más. Pero hace unos cuatro años, por razones que no puedo precisar, empecé a escribir de una manera constante, indagué en mí mismo y en mi relación con la poesía y ahí estaba el oficio de poeta”. “A través del trabajo no se consigue la inspiración ni el genio pero está claro que se crea una obra”, indicó al respecto.
De su trabajo constante, principalmente en los últimos tiempos, “si bien hay poemas escritos hace cuarenta años”, precisó el poeta caballa, ha surgido pues una factoría de versos y poemas, como por ejemplo ‘Manía de soledad’ o ‘Sonrisa en la lluvia de verano’, que reza así: “Ahora vives en mí aunque no estés te siento / como luz en mis sombras, sueño en mis quimeras / Aquella soledad no se me habrá olvidado / volverá cada vez que mi alma se ausente / y llueva la canción del hombre perseguido / en el cielo de nubes empapado / No dirás con los ojos que soy poeta de luz / como dijiste un día / no habrás arrinconado / un pensamiento hermoso que siempre me sostenga / y lleve tu sonrisa para que te recuerde / Estos días de lluvia de verano / este lento vagar por tu barrio y el mío / con la escuela cerrada / y tu cuerpo temblando / en la luz del recuerdo que me dio tu sonrisa.